Entendiendo el conflicto en la Guayana Esequiba
Tras largos años de enfrentamientos territoriales, la situación por el Esequibo vuelve a alcanzar un punto tenso donde parece necesaria la intervención internacional para llegar a una solución.
Venezuela y Guyana han pasado más de 180 años en una disputa aparentemente interminable sobre la región de Esequibo, que no parece tener una solución sencilla. El Esequibo es una región situada al norte de América del Sur que tiene acceso directo al océano Atlántico y está atravesada por el río Esequibo, el cual le da nombre a la zona. La importancia de esta zona viene determinada por la existencia de recursos naturales, sobre todo de petróleo, uno de los recursos más preciados de nuestra época.
Breve historia del conflicto
Para comprender la situación actual es necesario remontarnos hasta la época colonial americana, cuando España, Países Bajos y Reino Unido estuvieron luchando por esta zona. Las constantes luchas provocaron que las fronteras entre las zonas de influencia de las tres potencias fuesen imperfectas. Con el transcurrir del tiempo los españoles abandonarían la zona, sin embargo, la pugna entre colonos británicos y holandeses provocó la creación de dos zonas: la Guayana Neerlandesa y la Guayana Británica. La independencia de Venezuela en 1811 no aclaró la situación, los límites territoriales eran imprecisos, así continuarían pese a los diferentes intentos realizados para solucionar la cuestión. El intento más relevante fue el Laudo Arbitral de París, emitido en 1899 por un tribunal internacional, donde se atribuyó la mayor parte de la región del Esequibo a los británicos, tomando como referencia para la división la “Línea Schomburgk” que toma el nombre del explorador británico que realizó una propuesta de reparto con anterioridad. El Laudo de París no fue aceptado por Venezuela, muestra de ello ha sido la continua reclamación del territorio que han llevado a cabo los diferentes gobiernos durante el siglo XX.
Guyana conseguiría su independencia del Imperio británico en el año 1966. No obstante, en el mismo año, pero con anterioridad a la independencia, se firmaría el Acuerdo de Ginebra donde Venezuela, la Guayana británica y el Reino Unido se comprometían a dar una solución pacífica y diplomática, como se puede observar, esa solución no ha llegado. Este acuerdo contemplaba la posibilidad de recurrir a organismos internacionales de medicación y negociación, siendo la ONU partícipe en caso de que las negociaciones bilaterales no consiguieran zanjar el conflicto.
La llegada del chavismo
La llegada en 1999 de Hugo Chávez supuso un cambio drástico de la posición de Venezuela en el conflicto. La retórica populista del ex presidente se centró en la "autodeterminación del pueblo", lo que llevó a que su administración se distanciara del conflicto. Esta política permitió a Guyana reforzar su demanda sobre el territorio con la ayuda de actores extranjeros, como la compañía estadounidense Exxon Mobil, interesada en las ricas reservas petroleras del Esequibo.
Además de los últimos procedimientos del Tribunal Internacional de Justicia, la razón del repentino interés del mundo en este conflicto fronterizo proviene de los Acuerdos de Barbados entre la administración de Maduro y la oposición. Las negociaciones en Barbados resultaron en que los Estados Unidos emitieron una suspensión temporal de las sanciones económicas que prohibieron a Venezuela comprar y vender petróleo.
Las sanciones económicas contra las empresas estatales se intensificaron con la crisis política de 2019, donde la legitimidad de las elecciones presidenciales de 2018 era cuestionable, lo que condujo a la "autoproclamación" de Juan Guaidó como Presidente Interino de Venezuela. Cuando el Gobierno Interino fue desmantelado en 2022, Maduro comenzó a ejercer presión para que se levantasen las sanciones, de modo que Venezuela pudiera volver a los mercados globales. Por primera vez desde 2018, tienen una oportunidad de legitimidad, razón por la cual han dado pasos para permitir que las elecciones de 2024 sean tan "justas" como un régimen de esta naturaleza permitiría.
Nicolas Maduro no puede dar a los Estados Unidos excusas baratas para reimponer estas sanciones, razón por la que han cambiado su estrategia y enviado a la vicepresidenta Delcy Rodríguez a La Haya, así como han organizado un referéndum sobre el futuro de la región disputada. Lograr conseguir una victoria en el Tribunal Internacional de Justicia, junto con una gran muestra de fuerza con el referéndum, significaría que este régimen entra en un año electoral con enormes victorias bajo su cintura. La ganadora de las elecciones primarias a María Corina Machado tiene prohibido participar en 2024, y sin ningún protocolo de reemplazo, podríamos presenciar otro proceso en el que se fomenta la abstención de votar, o peor aún, los manifestantes salen por las calles y el régimen responde.
La actualidad en el Esequibo
Dado que sus principales aliados militares se preocupan por las crisis Hamas-Israel y Ucrania-Rusia, de ninguna manera Venezuela correría el riesgo de escalar la disputa hacia un conflicto armado por sí solo. El objetivo para ellos debería ser parecer lo más diplomático posible a los ojos del mundo, para que puedan comenzar a construir puentes y sentar el terreno para el tercer mandato de Maduro en el cargo.
La Corte Internacional de Justicia desestimó la demanda de Guyana para suspender el referéndum, pero advirtió que ninguno de los dos países debe romper el compromiso de realizar acciones que provoquen a la otra. En vez de invertir recursos en una gestión de lobby internacional, y en preparar la mejor defensa posible para recuperar jurídicamente el territorio (utilizando los numerosos argumentos históricos que les favorecen), el gobierno de Nicolás Maduro decidió invertir millones de dólares en propaganda para dirigir el foco de la opinión pública hacia la defensa de este territorio.
A pesar de estos esfuerzos por el gobierno, acompañados del llamado de distintos dirigentes opositores que anunciaron su participación en el proceso, lo que se vivió en las calles de Venezuela el 3 de diciembre fue la mayor decepción electoral en los más de 20 años del chavismo. A más de una semana del proceso, el Centro Nacional Electoral (CNE) sigue sin anunciar los resultados desglosados oficiales, creando incertidumbre en si los 10.400.000 votos anunciados por el rector Elvis Amoroso corresponden al número de ciudadanos que votaron, o si es el número de votos correspondientes a cada pregunta respondida, lo que correspondería a poco más de 2.100.100 votos (su movilización electoral más decepcionante).
Tomando en cuenta que entre los puntos del referéndum estaba la posibilidad de movilizar tropas y crear un nuevo estado llamado Estado Guayana Esequiba, los vecinos fronterizos de la nación criolla se han visto alertados por el chance de ejecutar acciones bélicas por parte de Venezuela. Entre éstos, Brasil anunció la movilización de tropas hacia su frontera en esta región. Igualmente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, reiteró el apoyo de su país para Guyana en caso de un ataque venezolano.
Dentro de las desesperadas acciones que surgen posterior al 3D, Maduro anunció 3 medidas claves: una jornada de cedulación en territorio esequibo, la creación de la división Petróleos de Venezuela S.A-Esequibo, y sus planes de comenzar a emitir licencias internacionales para explotar el territorio. La falta de preparación en la Corte y la implementación de medidas meramente políticas pueden ser perjudiciales para la defensa de su caso, pero es posible que las intenciones del régimen giren en torno a alejarse de la ruta diplomática y democrática.
Lo que el referéndum demostró es que, en una elección medianamente limpia, el gobierno de Maduro ya no tiene la misma capacidad de inclinar la cancha a su favor. Estas medidas pueden sentar las bases para decretar un Estado de Emergencia y suspender las próximas elecciones presidenciales. De optar por la ruta bélica en este conflicto, el régimen chavista se enfrentaría al aislamiento internacional durante un período que parecía ser de rebranding para su imagen institucional. Estas tensiones no solo afectarían sus esfuerzos de volver a ingresar en la economía mundial, ya que este proceso dejó al descubierto la incapacidad de Maduro para competir libremente.
Es posible que este nuevo intento de recuperar el Esequibo termine siendo el golpe letal al que tanto le ha temido el mandatario venezolano, acentuando la fractura interna de su partido y facilitando un proceso para exigir que sea otro candidato quien represente al chavismo en el 2024.
Firmas invitadas - Andrés Ignacio Silva Ayala es abogado por la Universidad de Monteávila de Caracas. Es consultor de LOG Political & Social Consultancy, analista político y se encuentra maestrando en el IMF Business School en Comunicación y Marketing Político.
Juan Manuel Barrios Salado es politólogo por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Actualmente se encuentra realizando un máster en IMF Business School en Comunicación y Marketing Político. Muestra interés por la comunicación política y la geopolítica.
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