El partido no ha terminado
Sergio Massa y Javier Milei se enfrentarán en una segunda vuelta por la presidencia de Argentina. Un artículo sobre el 22 de octubre, el balotaje y las incógnitas a despejar.
Sergio Massa fue el candidato presidencial más votado en las elecciones del domingo en Argentina y logró contener por el momento el fenómeno libertario que representa Javier Milei. Esa es la noticia, considerando las expectativas que había. Ahora bien, algunos ya habíamos hablado de la necesidad de mover un poco el foco y de abordar más en detalle la candidatura de Massa, sin tratar de infravalorarlo.
Entonces el próximo 19 de noviembre se decidirá quién será el próximo presidente de la Argentina: Massa o Milei. En el presente artículo se trata de analizar tanto lo ocurrido este 22 de octubre como el panorama de segunda vuelta que se vislumbra. Asimismo, dada la inmediatez del artículo, lo que se expone aquí son reflexiones incompletas, por lo que habrá que esperar a los próximos días para contar con análisis actualizados.
¿Cómo el candidato que recibió más votos en la primera vuelta puede ser el actual ministro de Economía que tiene a sus espaldas un 138% de inflación? Esa podría a ser más o menos una de las primeras preguntas que habría que responder tras los resultados del domingo en la Argentina. Para contestar habría que apuntar a dos elementos: la vocación de poder del peronismo y la campaña de superación de la «grieta» que siguió Sergio Massa. No se ha de infravalorar la gran capacidad de movilización que tiene aún el movimiento peronista, pero tampoco la acertada campaña del político tigrense.
Massa obtuvo el 36% de los votos, pero no llegó a la barrera necesaria para ser declarado electo en la primera vuelta. Su rival en el balotaje será el libertario Javier Milei, quien consiguió un nada desdeñable 30%. A pesar de que no se haya cumplido la narrativa preponderante de antes de estas elecciones que daba la victoria al candidato de La Libertad Avanza, no debemos olvidar que en 2019 era un economista devenido en tertuliano televisivo que defendía sin descanso los postulados de la escuela austriaca y cuatro años después ha pasado a ser el segundo candidato más votado, con unos 7,8 millones de votos. Sin una estructura partidaria sólida y sin una extensa carrera política, ha logrado imponer el marco político en el que se ha disputado la primera vuelta.
Como ha ocurrido en los últimos balotajes presidenciales celebrados en otros países de América del Sur, se prevé que la disputa Massa-Milei va a tener un resultado en el que el ganador se impondrá con un margen ajustado. Se podría pensar, por ejemplo, que los votos de Patricia Bullrich podrían ir directamente a Milei en el balotaje y por ende este último se impondría ante el actual titular de la cartera de Economía. Esto es, la suma aritmética entre Milei y Bullrich daría la victoria al aspirante libertario. No obstante, se ha de asumir la contingencia de la política y entender que Juntos por el Cambio alberga diferentes sensibilidades.
En Juntos por el Cambio, que podría pensarse como el gran perdedor del 22 de octubre, existirá próximamente una fragmentación al interior del bloque. El expresidente Mauricio Macri (y posiblemente Bullrich) pedirá el voto por el candidato libertario, pero en el larretismo y también en el radicalismo esto no ocurrirá y lo más probable es que acompañen a Massa en su campaña para la segunda vuelta.
Esperando a conocer los resultados de las elecciones legislativas, el artículo no ha de acabar sin mencionar la reelección de Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires. Sin el triunfo del gobernador bonaerense, no se entiende la ventaja de Massa frente a Milei. Kicillof sigue siendo un activo y en los próximos cuatro años su nombre va a estar ligado al porvenir del peronismo. Por otra parte, la grieta puede ir desapareciendo del eje político argentino, pero lo que no cambia es la preponderancia del kirchnerismo en la Provincia (ni tampoco la del macrismo en CABA).
Por las expectativas que había, el peronismo debe estar satisfecho con el desempeño de su candidato presidencial, Sergio Massa. Eso sí, hay que insistir que el partido no ha terminado. Massa en su campaña tiene que ser cauto en tanto no queda del todo claro la estrategia de confrontación que buscará Javier Milei. ¿Volverá (provisionalmente) el eje kirchnerismo-antikirchnerismo? ¿Ser primero te coloca en una segunda vuelta en una posición de debilidad?