La elección del modelo de un modelo
Faltan 24 días para que se celebren las elecciones PASO en Argentina y el panorama para las generales de octubre puede ser muy diverso dependiendo de qué precandidatos se impongan en las internas.
Vamos a hablar de política argentina. Y no es casual que lo remarque: en la Argentina juntar esas dos palabras es sinónimo de que una hipótesis con un 99% de probabilidad de suceder pueda desvanecerse en tan solo segundos. Pese a ello, y en función del proyecto de país que nos prometen las principales fuerzas políticas, sí podemos explicar qué posibles candidatos tienen una posibilidad real de triunfar en estas elecciones, cuáles podrían sorprender ingresando en las generales del 22 de octubre y, a contrasentido, qué armados quizá se vean obligados a llamar a votar por otros, o bien a votar blanco o nulo.
El sistema de votación: dos elecciones seguras con una tercera en posibilidad
Siempre que un año es impar en Argentina vamos a las urnas. En concreto, un tercio de la Cámara de Senadores y la mitad de la Cámara de Diputados se renuevan cada dos años, mientras que el presidente y vice, gobernadores/jefe de Gobierno y vice, e intendentes lo hacen cada cuatro años.
La ley electoral argentina indica que el primer paso en el año electoral son, justamente, las PASO. Esto quiere decir que sufragamos en unas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (de ahí PASO) en las cuales cada fuerza política tiene la opción de plantear varias listas internas con distintos precandidatos para luego unificarse mediante el Sistema D’Hondt o, contrariamente, jugar bajo una lista de unidad. El único requisito para acceder a las elecciones generales es que la fuerza política (sea la lista de unidad o sumando las listas internas) obtenga el piso mínimo del 1.5% de los votos.
Una vez celebradas las elecciones PASO llegan las elecciones generales dos meses después, y también tienen sus reglas. Para ser electo presidente, el -ahora- candidato deberá obtener al menos el 45% de los votos, o bien obtener como mínimo el 40% y superar por más de un 10% al segundo competidor más votado (por ejemplo, 40%-29,9%). En caso de no darse ninguno de estos requisitos, cuatro semanas más tarde los argentinos votaremos por tercera vez en un balotaje. Esta vez, entre los dos candidatos más votados. Quien obtenga el 50% + 1 de los votos será electo presidente por los próximos cuatro años.
Con estas reglas, 27 precandidatos a Presidente de la Nación decidieron lanzarse a la carrera bajo el paraguas de 15 alianzas. Nos vamos a centrar en siete de ellas, las que -creo- pueden influir ya sea ingresando a las generales y siendo elegibles o como árbitro de estas.
Dirán presente
Nadie duda de que tres fuerzas políticas competirán por la presidencia en el mes de octubre: Unión por la Patria (el oficialismo y actual Frente de Todos), Juntos por el Cambio (principal alianza opositora) y La Libertad Avanza (una fuerza emergente y evidentemente antipolítica que prometió “terminar con la casta”).
Vayamos en orden: Unión por la Patria presenta dos precandidatos. De un lado juega Sergio Massa, actual ministro de Economía de la Nación y expresidente de la Cámara de Diputados. Massa es conocido por su capacidad de diálogo y por captar votos independientes; se lo identifica como un candidato pro-mercado y pragmático. Pese a ello, tiene la enorme tarea de hacer campaña siendo el ministro de los tres dígitos de inflación interanual y de la caída del salario real más radical de las últimas décadas.
A Massa le compite Juan Grabois, un dirigente social que representa al votante kirchnerista que quedó disconforme con la designación del mencionado ministro de Economía como candidato. Grabois se caracteriza por su mensaje combativo y situado en el espectro más izquierdista del arco político del país, aunque sin salir del esquema del peronismo.
En Juntos por el Cambio también hay diferencias marcadas y, por ende, internas. Jugarán, por un lado, el jefe de Gobierno porteño (el Alcalde, por si me estás leyendo desde otro país) Horacio Rodríguez Larreta contra Patricia Bullrich, la exministra de Seguridad durante la gestión de Mauricio Macri.
Rodríguez Larreta tiene un claro perfil centrista, moderado y dialoguista. Centró su campaña en la gestión durante sus dos periodos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2015-19; 2019-23) mostrando sus logros y los proyectos iniciados que están por concluir, mientras que Bullrich eligió un tono combativo para representar al ala dura de JxC que sintió -y siente- que al gobierno de Macri le faltó firmeza y coraje para realizar los cambios necesarios en el país.
El disruptivo en estas elecciones es, sin dudas, Javier Milei. La Libertad Avanza sólo presenta su candidatura como opción, por lo que, de no haber sorpresas, será candidato en octubre. Sus propuestas son tan extravagantes como cautivadoras: cerrar el Banco Central, dolarizar la economía y derogar el abolicionismo son algunas de ellas.
Pueden sorprender
Quizás entren todos, algunos o quizás ninguno. Este es el nivel de incertidumbre que generan las alianzas Hacemos por Nuestro País (cuyo precandidato a Presidente es Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba), el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (que presenta dos listas: de un lado Myriam Bregman, diputada nacional; del otro lado Gabriel Solano, legislador porteño), Principios y Valores (presentan cinco listas, aunque la principal es la del economista Guillermo Moreno) y Libres del Sur (que sólo presenta una lista y su precandidato es el dirigente social Jesús Escobar).
¿Por qué mencionamos estos cuatro partidos? Porque pueden jugar un papel clave dividiendo o concentrando los votos en las dos principales fuerzas políticas nacionales. Tanto el FIT como Libres del Sur son movimientos de izquierda radical. Todo parecería indicar que, en caso de no jugar en octubre, movilizarían a su electorado a votar en blanco o nulo; pero si alguna o ambas fuerzas lograran el piso mínimo encontraríamos que el electorado de izquierda tendría más opciones para dividirse.
Distinto es el caso de HxNP. Schiaretti, y a pesar de ser peronista, tuvo un acercamiento muy fuerte con Horacio Rodríguez Larreta en los últimos meses y hasta hicieron un acuerdo electoral en la Provincia de Buenos Aires donde el gobernador cordobés no competirá con un candidato propio. Se estima que, si Hacemos no alcanza el piso mínimo (o en un hipotético balotaje), podría sugerir apoyar a Juntos por el Cambio.
Y aún más peculiar es el caso de Guillermo Moreno. El exsecretario de Comercio de Cristina Fernández de Kirchner representa al peronismo tradicional en estas elecciones y, como tal, tomaría una postura radicalmente inversa a la de Schiaretti: apoyar más temprano que tarde a Unión por la Patria.
Posibles escenarios y encuestas
No es lo mismo un precandidato que otro incluso dentro de un mismo espacio. Dentro de las dos principales coaliciones encontramos versiones dialoguistas y rupturistas respecto a lo que sería la eventual oposición. Y como tercera fuerza, una opción antisistema que tendrá mucha más preponderancia que en la actualidad.
Una de las encuestadoras más serias del país, la consultora Zuban Córdoba, pronostica un resultado muy parejo en las PASO y que puede ser trascendental de cara a octubre: plantea a Juntos por el Cambio ganando las elecciones con un 32.8% (Rodríguez Larreta 18.1; Bullrich 14.7), Unión por la Patria en segunda posición con 29.9% (Massa 27.7%; Grabois 2.2%), La Libertad Avanza en tercer lugar con 27%, Hacemos por Nuestro País cuarto con 3.9% y al FIT quinto y cerrando la lista de “clasificados a octubre” con 2.3% sumando ambas listas.
Firma invitada - Gabriel Garcia Orione es estudiante de Derecho. Su perspectiva de análisis versa sobre el estado democrático de los países, su calidad institucional y sus políticas interiores.
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