Las candidatas presidenciales en México
Las mujeres han sido pilar fundamental de la democracia, sin ellas la historia no estaría completa. En 2024 México tendrá su primera presidenta como resultado de un largo proceso histórico.
Las mujeres han estado presentes en la historia de México desde sus inicios, fueron parte de la colonia como virreinas; participaron en la lucha independentista como Leona Vicario o Josefa Ortiz de Domínguez; durante el México independiente hubo dos emperatrices, aunado a las esposas de los generales liberales o conservadores que pugnaban por un proyecto nacional.
Durante la Revolución Mexicana miles de ellas lucharon bajo los apodos de soldaderas o valentinas, acompañando la lucha armada para construir un nuevo Estado. Tras el fin del conflicto armado y la institucionalización del régimen estuvieron presentes como Primeras Damas y a mediados del siglo XX comenzaron a ocupar cargos de elección popular, en la Corte y en algunos otros puestos.
Ahora en el siglo XXI han roto lo que el feminismo llama el techo de cristal y presiden el Congreso de la Unión, la Suprema Corte, algunos organismos autónomos, hay 8 gobernadoras en funciones y se ha alcanzado la paridad. Este texto es para hacer un recorrido histórico por las primeras mujeres que compitieron por la presidencia de México.
La mujer en la democracia mexicana
México es un país con una historia muy larga, desde la fundación de los antiguos imperios mesoamericanos, pasando por la colonia, la independencia, la revolución y la era moderna, ha estado dominada por hombres. Los grandes tlatoanis prehispánicos, los conquistadores y virreyes de la época colonial, los emperadores, presidentes y generales de los primeros años de vida independiente, los revolucionarios y luego los presidentes civiles han sido figuras centrales de las páginas mexicanas.
Sin embargo, a las mujeres se les ha relegado a un segundo término y esto no es novedoso, ya que el país tiene una cultura machista muy arraigada. El negarles participar en las actividades públicas y limitarles sus derechos político-electorales son muestra de lo antes descrito. Si hacemos un recorrido histórico, las mujeres obtuvieron el derecho a votar solo en elecciones locales en 1946 y fue hasta 1953 cuando se realizó una reforma constitucional que les permitiera votar y ser votadas a nivel federal.
Las primeras legisladoras locales fueron Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero en 1923; a nivel federal, Aurora Jiménez Quevedo de Palacios fue la primera diputada en 1954; en 1963 llegó a la Suprema Corte la primera ministra, María Cristina Salmorán; en 1964 México tuvo sus primeras senadoras María Lavalle Urbina por Campeche y Alicia Arellano Tapia, por Sonora; en 1979 el país vio a Griselda Álvarez Ponce de León convertirse en la primera gobernadora de Colima. No fue hasta 1980 cuando una mujer ocupó por primera vez una secretaría de Estado a cargo de Rosa Luz Alegría, por mencionar algunas.
Empero, no fue hasta recién entrado el siglo XXI cuando las mujeres han cobrado mayor relevancia en varias instituciones y cargos públicos. Algunas de las más relevantes son la primera jefa de Gobierno del entonces Distrito Federal fue Rosario Robles (1999-2000), la primera presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei Zavala, o la primera presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña Hernández. Las mujeres han tardado siglos en llegar a los altos cargos para tomar decisiones, pero aún falta mucho camino.
Los tiempos políticos que vive México vislumbran que en 2024 el país tendrá su primera presidenta, ya que al momento de escribir estas líneas el proceso electoral 2023-2024 ha iniciado formalmente. Las dos principales coaliciones, el oficialismo y la oposición, han ungido como sus virtuales candidatas presidenciales a la ex jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y a la senadora Xóchitl Gálvez respectivamente. Estas elecciones serán históricas para México, pero no debemos olvidar que el país ha llegado a este punto gracias a seis mujeres que se abrieron camino desde finales del siglo XX y principios del XXI.
Las candidatas durante el autoritarismo (1982-1994)
Cuando México aún vivía bajo la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tres mujeres rompieron con la figura de que las candidaturas presidenciales estaban reservadas para hombres. Esto se debió no solo a su audacia política, sino también a las condiciones de crisis que mostraba el país, el crecimiento económico se había desplomado, el modelo de partido hegemónico comenzó a cuartearse y la pluralidad nacía por primera vez.
En 1982, cuando el país se encontraba en bancarrota debido a la crisis petrolera y los excesos del presidente José López Portillo (1976-1982), por primera vez una mujer se enfrentó al aparato estatal y fue Rosario Ibarra de Piedra, una activista que buscaba a su hijo, quien desapareció durante el periodo conocido como La Guerra Sucia (1968-1980). Así se les conoce a estos años debido a que el Estado se dedicó a someter a la oposición política y social a través de diversos métodos violentos. Mientras América Latina era gobernada por militares, en México tuvimos un periodo de brutal represión.
Para esas elecciones Ibarra de Piedra se postuló de la mano del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), un instituto de izquierda de corte trotskista que tenía poco tiempo de haber sido legalizado. Antes de la reforma electoral de 1977, los partidos de izquierda tenían prohibido el registro y luego de esta apertura pudieron competir en las elecciones.
En estos comicios la candidata del PRT obtuvo el 1,77% de la votación con lo que quedó en quinto lugar, el ganador fue Miguel de la Madrid Hurtado. Sin embargo, las páginas de la historia no solo guardan un lugar para Rosario Ibarra como activista, sino como la primera candidata presidencial. El gobierno delamadridista se caracterizó por la apertura de México al mundo, la implementación de una economía de libre mercado, la reducción de empresas paraestatales y el cambio del nacionalismo hermético a una apertura globalizada.
En 1988 volvieron a celebrarse elecciones presidenciales y nuevamente Rosario Ibarra participó con el PRT. A pesar de que obtuvo el 0,38%, tuvo un papel relevante, puesto que estos comicios han sido de los más cuestionados en la historia. La Comisión Federal Electoral (CFE) era presidida por el Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, en este periodo no había una institución autónoma que fuera el árbitro electoral como hoy en día.
La caída del sistema, como se le conoce coloquialmente, sostiene que en los resultados Cuauhtémoc Cárdenas llevaba la delantera por la presidencia, sin embargo, el sistema de conteo de votos se apagó y cuando volvió la señal Carlos Salinas de Gortari había ganado. Ante estos hechos los candidatos Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional, Manuel Clouthier de Acción Nacional y Rosario Ibarra del PRT se unieron para protestar en contra de esos resultados.
Las elecciones se validaron y Salinas se convirtió en presidente, pero fueron estos hechos los que abrieron paso a nuevas reformas electorales que fortalecieron la confianza en el conteo de votos. La democracia comenzó a germinar y junto a ella otras dos mujeres se abrieron paso en las candidaturas presidenciales.
El año de 1994, fue el annus horribilis, parafraseando a la Reina Isabel II, estuvo lleno de violencia por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el magnicidio del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, y en Lomas Taurinas, Baja California, también se asesinó al Secretario General del PRI, José Francisco Ruíz Massieu. Además, el 1 de enero de 1994 durante la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Estados Unidos, Canadá y México se levantó en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Mientras que en el plano electoral Luis Donaldo Colosio era el candidato oficialista, tras su asesinato se nombró a Ernesto Zedillo Ponce de León como sustituto. Para esas elecciones dos mujeres compitieron por la presidencia, Cecilia Soto fue candidata del Partido del Trabajo. La candidata había militado en el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) donde fue legisladora local y federal.
Fue la primera y única vez que el PT ha postulado a una candidata propia, obtuvo 2,75% de la votación. Las zonas que la apoyaron principalmente fueron Distrito Federal, Estado de México, Nuevo León, Durango, Jalisco, Veracruz, Chihuahua y Puebla. Se retiró de la vida política, pero actualmente es integrante del Frente Cívico Nacional.
La otra candidata presidencial fue Marcela Lombardo Otero, postulada por el Partido Popular Socialista (PPS), fue hija del exsindicalista Vicente Lombardo Toledano. Cabe destacar que este instituto durante los años de la hegemonía priísta era visto como un partido satélite, esto significa que funcionaba bajo la tutela del PRI. En estos comicios obtuvo el 0,49% de la votación por lo que perdió el registro.
El ganador de la elección fue Ernesto Zedillo, último presidente del tricolor y quien también fue artífice de la transición democrática. Reformó parte del sistema electoral, dotando de autonomía al Instituto Federal Electoral, reformó el Poder Judicial y en 1997 por primera vez la oposición arrebató la mayoría al PRI a este momento se le conoce como la era de gobiernos divididos y antesala de la alternancia.
En este periodo histórico tres mujeres rompieron la brecha de género y compitieron por la presidencia de México, si bien fueron postuladas por partidos pequeños esto no minimiza el mérito de abrir oportunidades en un sistema que era hermético. En el año 2000, cuando Vicente Fox ganó la presidencia, ninguna mujer compitió en estas elecciones, con el cambio de partido en la presidencia se abrieron nuevas sendas de pluralismo y libertad que el país no había vivido.
Las candidatas del pluralismo (2006-2023)
En 2006 México tendría las segundas elecciones presidenciales desde que inició la transición democrática en 1997. Patricia Mercado fue candidata presidencial del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, con el cual buscaban construir una alternativa a la izquierda radical abanderada por el Partido de la Revolución Democrática. Asimismo, Patricia Mercado cuenta con una larga trayectoria como feminista y poniendo en la agenda pública temas como despenalización del aborto, matrimonio entre personas del mismo sexo y la marihuana.
En los comicios obtuvo 2,7% de los votos. No se retiró del escenario político, continuó militando en el Partido Socialdemócrata hasta que renunció en 2008. Volvió a la vida política en 2014 cuando el entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, la nombró secretaria del Trabajo en la capital (2014-2015) y luego ocupó la secretaría de Gobierno ( 2015-2018). Actualmente milita en Movimiento Ciudadano, instituto por el cual es senadora.
El 2006 fue uno de los años electorales más polarizados debido a la cerrada victoria de Felipe Calderón de Acción Nacional frente a Andrés Manuel López Obrador del PRD. Además, debido a la participación de funcionarios públicos en el proceso, la intervención del presidente en el proceso y el uso de tiempos de radio y televisión de forma indebida, en 2007 se hizo una nueva reforma electoral para reglamentar y prohibir lo antes mencionado, debido a las quejas del entonces candidato del PRD López Obrador.
El 2012 estaría marcado por hechos relevantes: 1) el PRI volvería a ganar la presidencial luego de 12 años como oposición gracias al carisma de Enrique Peña Nieto; y 2) por primera vez un partido, de los conocidos como de la transición, designó a una mujer como su candidata presidencial, me refiero a Josefina Vázquez Mota de Acción Nacional.
Josefina Vázquez Mota ganó la elección interna del PAN con el 53% de los votos, superó a Ernesto Cordero y a Santiago Creel. La funcionaria cuenta con una larga trayectoria ya que fue secretaria de Desarrollo Social (2000-2006), luego secretaria de Educación Pública (2006-2009) y legisladora federal (2009-2011).
Incluso su eslogan de campaña fue Palabra de Mujer, con el cual buscaba posicionarse como la principal opción y argumentaba que el país siempre había sido gobernado por hombres que no habían cumplido, sin embargo, ella sí lo haría en caso de ganar la presidencia. El día de las elecciones Vázquez Mota quedó en tercer lugar con el 26% de votos. Actualmente es senadora de la república.
Las últimas elecciones presidenciales mexicanas se celebraron en 2018 cuando ganó Andrés Manuel López Obrador, la contienda final estuvo dominada por hombres, aunque la exlegisladora y ex primera dama Margarita Zavala buscó la candidatura presidencial por la vía independiente. Tomó esta decisión debido a que se inconformó con el método impuesto por el dirigente de Acción Nacional, Ricardo Anaya, ya que suspendió las elecciones internas y estableció que debían reunirse firmas para poder competir por la candidatura.
Luego del segundo debate presidencial, Margarita Zavala decidió retirar su candidatura, aunque ya estaban hechas las boletas y su nombre aparecía. El día de la jornada obtuvo 0,06% de los votos. Actualmente es diputada federal por el PAN.
A la lista se sumarán dos nombres más, por la coalición oficialista integrada por Morena-PT-Verde, la ex jefa de gobierno Claudia Sheinbaum es la próxima abanderada para competir por la presidencia. Su trayectoria laboral se encuentra principalmente en la investigación, pero también cuenta con experiencia política al haber sido secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México con López Obrador (2000-2006); de 2015-2018 fue alcaldesa de Tlalpan y en 2018 se convirtió en la primera jefa de gobierno electa.
El partido de actual mandatario mexicano realizó un proceso interno en el cual se inscribieron cinco hombres, Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco, y solo una mujer. Sheinbaum Pardo fue la ganadora de la encuesta con el 40% de los votos.
Mientras que la oposición nominó a la senadora Xóchitl Gálvez como la virtual candidata del Frente Amplio por México, integrada por PRI-PAN-PRD y organizaciones de la sociedad civil. Gálvez Ruiz cuenta con una trayectoria como empresaria y además fue alcaldesa de Miguel Hidalgo (2015-2018) y actualmente es senadora de Acción Nacional, pese a no estar afiliada a este partido.
La llegada de Xóchitl Gálvez representó un respiro a la oposición debido a que ninguno de los otros perfiles que buscaban la candidatura presidencial de la oposición generaba entusiasmo. Fue la ganadora del proceso interno opositor, luego de que en el estudio de mercado logró el 57,58% de la intención de voto, frente al 42,42% de Beatriz Paredes, quien terminó por declinar en favor de la candidata puntera.
Firma invitada - Sebastián Godínez Rivera es politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabaja como analista en un Think Tank y es columnista en Latinoamérica 21.
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