Las primarias del Partido Democrático
Stefano Bonaccini y Elly Schlein se enfrentan el 26 de febrero en un duelo final por ser el sucesor de Enrico Letta en la secretaría general del Partido Democrático italiano.
En 1991 el histórico Partido Comunista Italiano (PCI) se disolvía tras la clausura del XX Congreso Nacional. Con su disolución, se creaba el Partido Democrático de la Izquierda (PDS) y al mismo tiempo los militantes situados más a la izquierda decidieron fundar una formación distinta, el Partido de la Refundación Comunista (PRC). El PDS se disolvería en 1998, adquiriendo un nuevo nombre, Demócratas de Izquierda (DS). Tras ello, en 2007 sufriría una nueva refundación al dar paso al Partido Democrático (PD), el cual es el que se mantiene actualmente. Los diferentes partidos que sucedieron al PCI no cambiaron sólo de nombre, sino también de símbolos, una cosa que también se puede considerar importante. Como recordaba el filósofo y político Mario Tronti en una entrevista, se pasó de la hoz y el martillo al roble y del roble a una hoja de parra. Con todos estos cambios, Tronti, uno de los principales exponentes del operaísmo italiano, se terminaba preguntando: ¿acaso no habéis desorientado (con este “zigzag”) a las personas sencillas?
Letta y las elecciones generales de 2022
La renuncia de Nicola Zingaretti como secretario del Partido Demócrata significó que en marzo de 2021 Enrico Letta, quien había sido primer ministro de Italia entre 2013 y 2014, se convirtiese en el nuevo líder de esta formación de centroizquierda. Cuando Letta se hace con la riendas del PD, en ese momento el partido discutía acerca de reestructurar una nueva alianza de centroizquierda para poder disputar el gobierno a una derecha que empezaba a estar dirigida por Giorgia Meloni.
La celebración de unas nuevas elecciones generales en Italia en marzo de 2021 no se esperaban hasta 2023. Sin embargo, el Gobierno de Mario Draghi, el cual había tomado posesión en febrero de 2021, empezó a tambalear a mediados de 2022 cuando comenzó a ser fuertemente cuestionado por algunos de los partidos que lo componían. De esta forma, la ausencia de Forza Italia, la Lega Norte y el Movimiento 5 Estrellas en la votación de confianza en el Senado significó el adiós definitivo de Draghi. El hasta entonces primer ministro había advertido que su continuidad pasaba por mantener el pleno respaldo de todos las partidos políticos que formaban parte del Gobierno nacional, desde el M5S, pasando por el Partido Democrático, hasta la Lega. Por ello, el presidente Sergio Mattarella, quien en un primer momento se había resistido a la renuncia de Draghi, tuvo finalmente que disolver las Cámaras, convocándose elecciones generales anticipadas para el 25 de septiembre.
El comportamiento del M5S de Giuseppe Conte respecto al Ejecutivo de Draghi no gustó nada a Letta y esa coalición de los ‘grillini’ junto con el PD que se llevaba negociando desde hace más de un año se rompió. Entonces el PD buscó aliarse con otros partidos como la Alianza de la Izquierda Verde, que es la unión de la Izquierda Italiana y la Europa Verde, Compromiso Cívico de Luigi Di Maio y +Europa de Emma Bonino. La asociación con el partido de tendencia centrista Acción liderado por Carlo Calenda, exministro de Desarrollo Económico, acabó por romperse debido al acuerdo que Letta alcanzó con la Alianza de la Izquierda Verde, uniéndose al Tercer polo de Matteo Renzi (Italia Viva).
Como se esperaba, la coalición de centroderecha (CDX), encabezada por Fratelli d'Italia, ganó al final las elecciones generales, las cuales estuvieron marcadas por la participación más baja de la democracia italiana. El PD quedó en segundo lugar con el 19,1% y con unos resultados mejores que los que consiguió Renzi en 2018 (18,8%), aunque la participación en 2022 fue mucho baja. Letta estuvo lejos de superar a Fratelli y tampoco logró que su coalición, la coalición de centroizquierda (CSX), sumase los números necesarios.
Durante la campaña, el secretario del PD no tuvo un control real de la situación y por tanto no dispuso de un espacio propio. Por un lado, fue eclipsado por el M5S de Conte en las batallas de izquierdas como el tema del salario mínimo y la lucha contra la pobreza. Por otro lado, en las posiciones más centristas se vio opacado por Renzi y Calenda. Como mostraba la encuesta poselectoral de Ipsos Italia, el PD de Letta destacaba sobre todo entre aquellos votantes mayores de 65 años y pensionistas, graduados, de clase alta y media-alta y una parte de los estudiantes. Las estrategias de transversalidad y los zigzags han llevado a esta formación a una cierta indefinición y espacios que habían dominado en el pasado han sido ocupados por otros.
Finalmente los resultados electorales del PD provocaron que Letta decidiese convocar un nuevo congreso para elegir a su sustituto en la secretaría general.
Las primarias del PD
La votación final para elegir al secretario del PD se fijó el día 26 de febrero. Antes, del 3 al 12 de febrero, los círculos locales se reunirían para la discusión y la votación acerca de las cuatro candidaturas a la secretaría. En tanto, los círculos de Lombardía y Lacio tendrían más tiempo, hasta el día 19, por la celebración de las elecciones regionales.
Los cuatro candidatos que se postularon fueron: Stefano Bonaccini, Elly Schlein, Paola De Micheli y Gianni Cuperlo. En esta votación en la que participaron 151.530 personas se decidió que el duelo del 26 de febrero iba a ser entre Bonaccini y Schlein, quedando fuera tanto Cuperlo como De Micheli.
El duelo entre Bonaccini y Schlein
Entonces el domingo 26 de febrero se enfrentarán por la secretaría del PD Stefano Bonaccini y Elly Schlein. En la votación pueden votar la militancia del partido e igualmente aquellos que no sean miembros. Va a ser un duelo entre el presidente y la hasta hace nada vicepresidenta de Emilia Romaña, uno de los bastiones tradicionales de la izquierda italiana.
Bonaccini es desde 2009 el secretario regional del PD en Emilia Romaña y desde 2014 ocupa la presidencia de esta región. Éste tiene una trayectoria dilatada dentro del espacio de la izquierda italiana, siendo exponente una línea moderada y pragmática. Por su parte, Schlein fue eurodiputada entre 2014 y 2019, posteriormente ocupó la vicepresidencia de Emilia Romaña y en octubre de 2022 se convirtió en diputada. Con la deriva del PD durante el liderazgo de Renzi, decidió abandonar el partido en 2015, aunque tras la convocatoria de Letta para elegir un nuevo secretario optó por volver siete años después. Esta representa la izquierda del PD, el ala más progresista.
El duelo entre ambos candidatos no ha contando con una agudización del tono, algo que se entiende entre dos personas que gobernaron juntos la misma región y también para evitar escisiones. Sin embargo, está claro que en el PD conviven dos almas y tales candidatos representan a una distinta: la línea moderada y pragmática (Bonaccini), y la progresista y crítica (Schlein). El problema es que en estas primarias esas diferencias existentes no se están debatiendo verdaderamente y lo que puede ocurrir en el futuro es que se acaben por agravar.
Los encuestas al respecto de IZI, EMG, Lab2101 o Intwig dan una clara victoria Bonaccini. Sólo una encuesta ha pronosticado la victoria de Schlein y es la de Winpoll.
El contexto político actual
Cuando se cumplían los primeros 100 días de Giorgia Meloni como primera ministra de Italia, se celebraron las elecciones regionales en Lombardía y Lacio, entendiéndose como un primer test para evaluar su desempeño al frente del Gobierno. Así, los dos candidatos de la centroderecha, Attilio Fontana y Francesco Rocca, ganaron en Lombardía y Lacio respectivamente. Esto es, en Lombardía Fontana se mantuvo en el poder y en Lacio Rocca arrebató la presidencia a la centroizquierda, que presidía Nicola Zingaretti desde 2013. Obviamente, dichos comicios han supuesto un importante empuje para la coalición gobernante, que controlará también las dos principales regiones del país.
Por tanto, el PD lleva a cabo sus primarias en un panorama adverso. Un partido que está en una constante reconstrucción y cuyo espacio cada vez se encuentra más difuminado. Estos años fuera del Gobierno italiano deberían servir para plantear nuevas estrategias, pero esto también dependerá del nuevo secretario general que sea elegido el 26 de febrero. La pregunta por ende que propongo y que podremos responder en el futuro es la siguiente: ¿las primarias del PD significarán un nuevo cambio para que nada cambie?