Lula vuelve a la presidencia de Brasil
Lula da Silva se convirtió oficialmente en presidente de Brasil. El líder progresista liderará un país muy distinto con respecto al que dejó hace doce años.
Tras ganar en la segunda vuelta de las presidenciales a Jair Bolsonaro, Lula da Silva inició el 1 de enero de 2023 su nuevo mandato como presidente de Brasil.
Juramentación de Lula y su nuevo Gobierno
Lula da Silva fue juramentado como presidente de Brasil por el Congreso Nacional el domingo 1 de enero y después lo hizo su vicepresidente, Geraldo Alckmin. Así, como Jair Bolsonaro no acudió a este acto, el nuevo presidente brasileño recibió la banda presidencial por parte de representantes del pueblo brasileño, un acto cargado de mucho simbolismo.
En la ceremonia de asunción también juramentaron los ministros del nuevo Gobierno. Este Ejecutivo esta compuesto por 37 ministerios, de los cuales 26 son hombres y 11 son mujeres. Además, la lista contiene 10 ministros negros y 2 indígenas.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula es la formación con más ministerios en la nueva Administración al contar con 10, incluido dos de los principales, como es Hacienda con Fernando Haddad y Casa Civil con Rui Costa. Después, con tres carteras cada uno el Partido Socialista Brasileño (PSB), el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y el Partido Social Democrático (PSD). Unión Brasil y el Partido Democrático Laborista (PDT) tienen dos ministerios respectivamente y con uno el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), la Red de Sostenibilidad (REDE) y el Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Con miras ampliar su base en el Congreso Lula incluyó en este Gabinete a partidos de carácter más centrista o de derechas como MDB, Unión Brasil y PSD.
Las expectativas de los brasileños respecto al tercer mandato de Lula son bajas comparado con los promedios históricos, según una encuesta de Datafolha. El 49% considera que el líder del PT va a ser un gran o buen presidente, mientras que un 26% cree que será malo o pésimo y un 20% regular. Hace cuatro años el 65% dijo que Bolsonaro iba a tener un buen desempeño en el Gobierno. Igualmente, cuando llegó por primera vez Lula a la presidencia, el 76% tenía buenas expectativas. No obstante, hay que señalar que el 51% de los encuestados responde que el Gobierno de Lula será mejor que el de su predecesor. Con esta encuesta, se muestra algo que ya estaba muy presente durante las elecciones del pasado octubre y es los altos niveles de polarización entre la ciudadanía brasileña.
Las elecciones presidenciales
Como en la primera vuelta de las elecciones presidenciales ninguno de los once candidatos llegó al 50% de los votos, pasaron los dos más votados: Lula da Silva (48,4%) y Jair Bolsonaro (43,2%). Así pues, en el balotaje Lula derrotó a Bolsonaro. Fue una segunda vuelta muy ajustada porque el candidato petista venció por 1,5 puntos al hasta entonces presidente brasileño, volviendo al Palacio de Planalto doce años después.
Entonces en esta segunda vuelta Lula fue el más votado en 13 estados, mientras que Bolsonaro se adelantó en 14, incluyendo el Distrito Federal. El Nordeste fue más para el PT, el Sur y Medio Oeste optó el candidato del Partido Liberal (PL) y en la región Norte hubo un cierto equilibrio.
La participación en este balotaje fue la más alta de los últimos doce años (79,4%). De igual forma, la tasa de abstención (20,6%) fue menor que en la primera vuelta (20,9%), por lo que desde 2002 es la primera vez que ocurre que la participación ha aumentado desde la primera ronda. También la suma del voto en blanco y nulo fue la más baja de los últimos veinte años.
El Congreso Nacional
Sumando los parlamentarios de izquierdas y los tres partidos de la derecha que estarán en el nuevo Gobierno (MDB, Unión Brasil y PSD), Lula contaría con mayoría en ambas Cámaras del Congreso Nacional de Brasil, 287 escaños en la Cámara de Diputados y 47 en el Senado. Sin embargo, estas cifras son insuficientes para aprobar reformas a la Constitución.
El nuevo mandatario brasileño ya tuvo que ceder ante MDB, Unión Brasil y PSD a la hora del reparto de carteras ministeriales con el fin de tener una mayoría más sólida en el Congreso, pero las negociaciones no han concluido. La búsqueda de nuevos miembros será una de las tareas de dicho Gobierno, sobre todo a partir de febrero que es cuando se constituye el Congreso. El famoso “centrão” será un bloque parlamentario clave.
La relación con los gobernadores
Por otro lado, en las elecciones de octubre se eligieron también a los gobernadores de los 26 estados y el Distrito Federal, quienes tomaron posesión también este primer día del año. Pese a que nivel nacional Lula consiguió la victoria, los resultados en las elecciones a gobernador mostraron que la fuerza del conservadurismo se mantiene. 11 de los gobernadores electos apoyaban a Lula, 14 estaban con Bolsonaro y 2 no se posicionaron. Por tanto, como Brasil tiene un sistema federal, la relación con los gobernadores será otro de los desafíos del nuevo presidente.
La salida de Bolsonaro
Bolsonaro no acudió a la toma de posesión de Lula, ya que se marchó unos días antes a los Estados Unidos. Éste aún sigue sin reconocer la victoria del líder progresista.
Tras el balotaje, tardó dos días en pronunciarse. En el discurso dijo que siempre había respetado la democracia brasileña y que seguiría respetando la Constitución, lo cual disipó cualquier tipo de reacción de carácter golpista. De todos modos, su formación política, el Partido Liberal, presentó ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) una solicitud de invalidación de los votos emitidos en más de 279 mil máquinas de votación electrónica. Sin presentar pruebas de fraude, el informe del PL señalaba la existencia de "indicios muy fuertes de mal funcionamiento" en dichas urnas y finalmente el TSE acabó desechándolo.
Bolsonaro, después de estos últimos cuatro años en el cargo, termina su mandato siendo valorado como el peor presidente de la historia de Brasil, de acuerdo con otra encuesta de Datafolha.
La vuelta a la presidencia de Brasil
Lula vuelve a la presidencia de Brasil doce años después y con grandes desafíos por delante. Tendrá que poner fin a la agenda ultraconservadora de su predecesor y eso va a ser una tarea que no va ser inmediata, sino que tendrá que ir poco a poco. Además, deberá hacer frente a su vez a un Congreso Nacional claramente conservador y relacionarse con algunos de los gobernadores de los estados que estaban alineados con Bolsonaro. En resumen, el Brasil de ahora es muy distinto al que dejó y las contradicciones que tenga que cabalgar sean aún mayores. Para una mayor profundización os recomiendo el directo que hicimos en nuestro canal de Twitch analizando lo que podía ocurrir en la segunda vuelta.
En última instancia, la llegada de Lula supone un activo fuerte dentro del progresismo latinoamericano. No obstante, es preciso apuntar que el ciclo progresista actual es distinto al de principios del 2000. La nueva ola cuenta con un enfoque más nacional y menos regional y esa experiencia regionalista que, por ejemplo, se tendió en el pasado hoy día no parece que esté sucediendo.