Narendra Modi: el hombre fuerte de la India
El primer ministro indio se ha convertido en una figura central a nivel global. Es el hombre fuerte que propone cambiar a la India y transitar de un modelo occidental a una democracia de etnias.
El jefe de gobierno de la India, Narendra Modi, es un enigma para los politólogos occidentales. Desde 2014, cuando llegó al poder de la mano del Bharatiya Janata Party (BJP), implementó una serie de políticas que pretendían generar bienestar en la población como dotar de gas barato a los más pobres, la implementación de un impuesto nacional sobre bienes y servicios, el establecimiento de un seguro de salud para los pobres, o el impulso una nueva ley de quiebras e insolvencia.
Modi se volvió popular ya que atendió problemas históricos de la India que otros gobernantes no habían prestado atención. Es aquí donde reside la fuerza de su base social y el respaldo popular que tiene. Ha cultivado un respaldo a partir de las políticas asistenciales que implementó, pero también se debe el tipo de liderazgo que ha ejercido desde 2014 hasta hoy en día.
El liderazgo y la cosmogonía india
En la ciencia política, Max Weber estableció una tipología para identificar los liderazgos: a) los carismáticos son aquellos que generan simpatía en la sociedad y por ende son votados; b) los tradicionales, referentes al modelo monárquico o de imperios; y c) los legales, quienes son electos y se desempeñan dentro del marco jurídico correspondiente.
Sin embargo, para explicar el liderazgo de Narendra Modi no es suficiente con las tipologías antes mencionadas, sino que se necesita entender el populismo y el desarrollo de la sociedad india, entendida como una sociedad de religiones y castas que ha permanecido hasta hoy en día. El populismo, se puede entender como una forma de hacer política que se basa en un líder carismático que ejerce el poder de forma omnipotente, en esto coinciden estudiosos como Arend Liphart, Nadia Urbinati o Pippa Norris por mencionar algunos.
Ahora bien, Modi es un líder carismático y fuerte que cada vez se aleja más del modelo de democracia occidental y construye una retórica basada en una institucionalidad nativa del país. Durante siglos, la India fue la joya de la corona del Imperio Británico, tras su independencia en 1947 la nación india adoptó un sistema parlamentarizado similar al de Westminster y los sucesivos primeros ministros mantuvieron una cierta línea de funcionamiento similar a la de la antigua metrópoli.
La India es un país que desde que fue conquistada, no se pudo acceder en su totalidad, sino que se creó un sistema de vías de comunicación que conectaban las principales ciudades. En ese sentido, las comunidades no son tan homogéneas como sucedió en América, al contrario. La diversidad de etnias, religiones e idiomas hace que la India esté fragmentada. Por lo tanto, hay una pluriculturalidad que durante muchos años ha coexistido, pero con el ascenso de Modi comienza a notarse cierta predominancia de una religión y una visión.
La India cuenta con un sistema bipartidista y parlamentarizado, pero la principal diferencia es que Narendra Modi ha apelado al nacionalismo exhortando a que el país adquiera una democracia oriental. Sociólogos como Sammy Smooha y Aminah Mohammad-Arif desarrollaron el concepto de «democracias étnicas», entendidas como sistemas de tintes autóctonos que corresponden a la etnia gobernante.
En el caso del premier indio, se apela al nacionalismo y al hinduismo, este último es una religión y no la nacionalidad como mucha gente piensa. Narendra Modi sabe que la religión es un vínculo fundamental que ha estado presente en la historia india, aunado a un patriotismo que ha servido para cohesionar al país, mas no a sus culturas. Al conjuntar los elementos teóricos de este apartado, es posible entender la construcción del proyecto indio.
Modi es un líder carismático que impulsa la democracia étnica a través del nacionalismo indio y el hinduismo, la principal religión del país. Además, su carisma y políticas sociales lo han catapultado como uno de los líderes más populares, pero que también ha sido catalogado como uno de los mandatarios autoritarios del siglo XXI.
La seducción autoritaria
La administración de Narendra Modi no ha sido equitativa y tampoco tan democrática, en estricto sentido de la palabra. Esto se debe al nacionalismo indio y al hinduismo, como se explicó anteriormente el país no es homogéneo y cuenta con diversas culturas. Sin embargo, el ascenso de Modi ha generado una exclusión y desplazamiento de diversas etnias que son considerados ciudadanos de segunda categoría.
La India es una sociedad de castas, lo que significa que mantiene ciertas divisiones dentro de la población y no todos cuentan con los mismos derechos. En este caso, son los hindúes quienes ostentan el poder, pero esto se ha traducido en que se han formado milicias o comités que promueven la exclusión de la comunidad musulmana así como su inserción en las universidades o barrios de mayoría hindú. También se ha podido comprobar con la aprobación de la ley ciudadanía, que acelera los trámites de nacionalidad a religiones minoritarias, siempre y cuando no sean musulmanes.
Por otro lado, los estados gobernados por el BJP han impulsado leyes que prohíben los matrimonios interreligiosos y las conversiones. Existe entonces una discriminación por motivos religiosos, lo que demuestra que la India no es una democracia que genere equidad e igualdad. La polarización y la materialización de la división de la sociedad ha devenido en que, de acuerdo a Amnistía Internacional, los crímenes de odio desde que Modi asumió el poder se incrementaron en 200%.
Por otro lado, el premier se muestra hostil hacia la prensa que cuestiona su actuar, políticas e intervenciones, pero es la prensa independiente la que sufre el acoso del líder. La organización Reporteros sin fronteras ha documentado la persecución de comunicadores, detenciones arbitrarias y asesinatos. La estrategia del mandatario indio en este aspecto es la de presumir sus logros de desarrollo económico y comercial. Sin embargo, no aborda el deterioro de la democracia india o el establecimiento de los límites a la libertad de expresión.
A diferencia de otros políticos, Modi responde asertivamente a los cuestionamientos, lo cual hace que tenga una presencia constante en los medios de comunicación. Asimismo, su relación con los principales dueños de los emporios de radio y televisión es la de promocionar su imagen. Los embates no provienen de estas cadenas y por ende se crea un ambiente de «gobernabilidad».
Por último, la oposición política también ha sufrido los estragos del autoritarismo, ya que constantemente cuando rechaza los proyectos de ley, el premier los llena de descalificaciones que expone ante su audiencia. Derivado de lo anterior, sus simpatizantes radicalizan su discurso y señalan a los opositores de responder a Occidente en vez de a los indios. Además, se ha inhabilitado al principal opositor a Modi, Rahul Gandhi, líder del partido del Congreso Nacional Indio, que era el favorito para disputar el liderazgo del país en las elecciones de este año.
La erosión democrática y de la pluralidad han generado polémica sobre el devenir de la India. De todos modos, Modi cuenta con el respaldo de un sector amplio de la población lo que le permite impulsar sus políticas. Este es un comportamiento común de los líderes autoritarios, consideran que el respaldo popular es la llave para lastimar las instituciones y la división de poderes. Pretende dotar de identidad al sistema político, lo cual también es apoyado por los indios.
Las elecciones más grandes del mundo
El país celebrará elecciones a partir del 19 de abril al 1 de junio, debido a la densidad de población que tiene la India. Serán la primera prueba para el partido de Modi, el cual parece que saldrá vencedor debido a la gran popularidad con la que cuenta. Los resultados finales se darán a conocer el 4 de junio. Recordemos que el país cuenta con un modelo parlamentario, por lo que gana quien dispone de la mayoría en el Congreso al poder investir al gobierno.
Sin duda será interesante presenciar los comicios más grandes del mundo (de una sola nación), pero también debemos estar pendientes de la autocratización del país. Es importante mencionar esto, ya que la India es uno de los principales faros autocráticos del mundo.
Firma invitada - Sebastián Godínez Rivera es politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabaja como analista en un Think Tank y es columnista en Latinoamérica 21.
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Le fue un poco mal en las últimas elecciones, verdad?