¿Por qué Pedro Sánchez quiere evitar una repetición electoral?
Después de que PSOE y Junts hayan acordado unas condiciones concretas para la investidura, ya conocemos los costes asumidos por Pedro Sánchez ante la repetición electoral.
El giro de timón que ha dado Pedro Sánchez hacia la defensa de la amnistía sitúa al Partido Socialista en una posición delicada frente a la extensa hemeroteca previa a las elecciones del 23J. La estrategia planteada desde un principio por los socialistas descarta una repetición electoral como una opción, pero ¿por qué quiere Pedro Sánchez evitar unos segundos comicios?
Un camino sin salida
La aritmética surgida de las elecciones del 23 de julio dejó un escenario ligeramente inclinado en favor de Pedro Sánchez. Frente a un Partido Popular en suma con Vox, que no constituyen una opción viable para el diálogo con las fuerzas independentistas, el PSOE y Sumar (antes Unidas Podemos) habían demostrado a lo largo de la legislatura que podía llegar a acuerdos con estas fuerzas. Tras el jaque a Feijóo en su intento de investidura, la pelota quedaba sobre el tejado de Pedro Sánchez, que podía elegir aceptar las exigencias del independentismo de cara a la investidura o una repetición electoral.
Sin embargo, durante los meses posteriores a los comicios los dirigentes del PSOE empezaron una estrategia de negociación calmada en la que de puertas para fuera se empleaban todo tipo piruetas léxicas que hacían sospechar el punto final. “Espacios comunes de encuentro”, “convivencia” o “generosidad” son solo algunas expresiones que tenían como objetivo allanar el camino hasta el clímax del 28 de octubre, día en el que Pedro Sánchez defendió la amnistía abiertamente.
Después de duras negociaciones con Junts, la amnistía queda tan solo como uno de los puntos del acuerdo, poniendo sobre la mesa a lo largo de la legislatura otros tantos como el modelo de financiación autonómica, la reforma de las comisiones de investigación o el referéndum. De este modo, la investidura de Pedro Sánchez ya tiene fecha prevista de celebración para el 15 y 16 de noviembre.
La repetición electoral nunca fue una opción
Con un 45% de los votantes socialistas que se muestran en contra de la amnistía (GAD3 para ABC), ir a elecciones bajo un marco favorable a la derecha puede suponer un revés para el PSOE. Entonces, ¿por qué decidió Pedro Sánchez iniciar un camino sin salida?
En España, el fenómeno de la repetición electoral es relativamente reciente. El debilitamiento del bipartidismo y la entrada de nuevos actores políticos a partir del 2015 forzó a iniciar dinámicas de pacto en la que los partidos tradicionales se sentían incómodos. Eso llevó inevitablemente a una repetición de comicios en el año 2016 y otra en noviembre de 2019.
Ambas nos dejaron valiosas lecciones de las que el PSOE ha podido tomar nota. En la repetición electoral de 2016 la izquierda se dejó por el camino un 3,6% del voto que se dirigió principalmente a la abstención resultando a su vez en pérdida de escaños.
Sin embargo, el caso más particular lo representa la repetición electoral de noviembre de 2019, en la que a pesar de que ambos bloques mantuvieron un porcentaje parecido de voto, la traducción en escaños fue mucho más favorable para la derecha en los segundos comicios. Esto se debió principalmente al voto estratégico de parte de la derecha que dejó de votar a Ciudadanos, maximizando las posibilidades de conseguir escaños de PP y Vox.
Aterrizando sobre la arena electoral, ambas repeticiones de elecciones nos muestran como la derecha avanza más en aquellos territorios en los que el PSOE tuvo un buen resultado el 23J. Mientras que en las repetición de 2016 la derecha mejoró de forma generalizada en todo el territorio, en 2019 consiguió mantenerse en País Vasco y Cataluña, y mejoró en Galicia y en todo el sur y este de España. Todas estas son provincias y comunidades autónomas en las que de producirse ligeros cambios de voto en una repetición electoral, la balanza podría inclinarse en favor de la derecha, que el 23 de julio quedó a tan solo 4 escaños de la mayoría absoluta.
Un escenario poco alentador
¿Qué nos revelan los sondeos actuales? Las encuestas reflejan una dinámica de empate entre las coaliciones similar al escenario del 23J, con un PSOE en leve declive y un incremento moderado del PP. Mientras, por la parte baja, Vox y Sumar experimentan cierto retroceso del que probablemente se estén nutriendo los partidos grandes. Esto dibuja un escenario incierto en el que unas segundas elecciones puede suponer lanzar una moneda al aire que puede caer en favor de cualquier bloque.
Poniendo todos los datos sobre la mesa, el PSOE no encuentra incentivos para acudir a una repetición electoral. Por un lado, atendiendo al pasado, a la izquierda en general y al PSOE en particular las repeticiones electorales no le han sentado bien. Además, la derecha puede ganar terrero en aquellos territorios en los que precisamente la izquierda tuvo un comportamiento positivo el pasado 23J. Por otro lado, las encuestas muestran un escenario de ligero retroceso que puede dibujar un paisaje parecido o incluso peor al actual para el bloque de izquierdas.
En definitiva, la coyuntura política que enfrenta Pedro Sánchez es un reflejo de los desafíos de la gobernabilidad en una España plural. Optar por pactar en lugar de propiciar una repetición electoral no es solo una estrategia pragmática ante una aritmética parlamentaria desfavorable es también un reconocimiento tácito de que el panorama político ha cambiado, y los enfoques tradicionales ya no rinden los mismos resultados. La decisión de Sánchez puede haber desencantado a una parte de su electorado, pero también revela una lectura atenta de las lecciones del pasado reciente. Solo el tiempo dirá si esta apuesta estratégica reforzará su liderazgo o acelerará la búsqueda de alternativas dentro de su propio partido y el espectro político español.