Primeras candidatas, damas aspirantes
Las primeras damas modificaron el panorama, ya no solo son vistas como un cargo protocolario, sino como potenciales candidatas y en algunos casos hasta herederas de un régimen autoritario.
Las mujeres en América Latina han alcanzado en algunos países los máximos cargos de representación. En un artículo anterior escribí sobre las presidentas y las ex primeras damas que lograron convertirse en jefas de estado y concluí con algunos nombres de otras mujeres que aspiraron, pero no lo lograron.
Este texto pretende dar visibilidad a estas mujeres que lograron hacerse con las candidaturas de partidos y así competir. Sobre todo porque la primera dama es un cargo relevante que goza de respaldo, poder y en algunos casos puede ser vista como una consejera de gobierno. Cuatro mujeres latinoamericanas se inscribieron a los comicios y la historia de cada una es interesante, porque algunas se divorciaron para poder competir, y otras retiraron sus candidaturas.
La literatura especializada de la región se ha dedicado poco al estudio de las primeras damas, principalmente Estados Unidos ha realizado una serie de estudios sobre el papel de las esposas de los presidentes y su influencia en los gobiernos. Quizá como estudiosos de las Ciencias Sociales es pertinente abrir estas líneas de investigación para encontrar otras vertientes del ejercicio del poder.
De madres nacionales a candidatas
América Latina desde sus orígenes ha sentido una atracción por los liderazgos fuertes, el paternalismo y la tutela desde el poder. Históricamente algunos presidentes son vistos como los padres de la nación al conducir, regañar y cuidar a los sectores desprotegidos. Sin embargo, las mujeres también se han ganado este título sin importar su actuar. La primera dama es un cargo protocolar que tiene funciones específicas, sin ser electo, quizá por eso sus estudios han sido relegados.
No obstante, algunas de estas mujeres rompieron con la visión protocolar que existe en su figura y decidieron incursionar en la política, al punto de buscar la presidencia. Debe tomarse en cuenta, que el ejercicio del poder puede ser una ventaja para ellas, ya que lo han visto desde una tribuna como esposas y al convertirse en candidatas saben de los acuerdos, movimientos políticos y actores que giran alrededor de la presidencia.
Los años noventa fueron un periodo de crisis económica y democratización para la región. Principalmente en el último lustro de 1990 se pueden identificar a las primeras damas que compitieron por la presidencia. No obstante, fue durante la primera década del siglo XXI cuando las ex primeras damas comenzaron a competir por el poder.
Guatemala es el país que cuenta con el récord de esposas de presidentes que buscaron la presidencia y también cuenta con el registro de una de las historias más dramáticas en el ámbito político. En 1996, Patricia Escobar se convirtió en primera dama cuando su marido Álvaro Urzú asumió como presidente.
Patricia Escobar cuenta con una trayectoria como primera dama de la Ciudad de Guatemala cuando su esposo fue alcalde, ahí implementó el programa Con tus hijos cumple, el cual buscaba dotar de oportunidades educativas y recreativas para los niños que vivían en la marginación. Además, mandó a construir 7 estancias infantiles y remodeló varios hospitales.
Cuando se convirtió en primera dama de la nación, se encargó de extender los programas sociales para adultos mayores, niños y mujeres. Encabezó los esfuerzos para erradicar la violencia intrafamiliar y fortalecer el trabajo de las mujeres en el campo. Su imagen despierta el debate en favor o en contra, ya que también ha sido señalada por recibir varios contratos para la construcción de obras públicas.
Para las elecciones generales de 2011, el partido gobernante, Partido Unionista, decidió postular a Patricia Escobar como su candidata presidencial. De acuerdo con la Constitución guatemalteca, en su artículo 186, prohíbe que la familia política y hasta el tercer lazo consanguíneo del presidente pueda competir por la primera magistratura, sin embargo, esto no importó para que ella fuera postulada.
En esas elecciones ella obtuvo el 2,19% de los votos, por la cual quedó en octavo lugar de la contienda. El triunfador de la segunda vuelta fue Otto Pérez Molina quien después sería obligado a dimitir por las grandes movilizaciones que criticaban los actos de corrupción de su gobierno. Aunque no ganó la presidencia, la ex primera dama tiene un lugar en la historia como defensora de la niñez y las mujeres debido al trabajo que emprendió durante el gobierno de su esposo.
En 2011 otra ex primera dama buscaría competir y fue Sandra Torres Cassanova, esposa del difunto presidente Álvaro Colom. Su trayectoria política la distingue de otras mujeres que ocuparon su cargo, ya que desde 2003 fundó el partido Unidad Nacional de la Esperanza que llevó a Colom al poder en 2007.
Como primera dama, se encargó de implementar varios programas sociales en favor de la niñez, las mujeres y en materia alimenticia. El funcionamiento de estas era a través de transferencias monetarias focalizadas, lo cual sirvió de impuso para sectores más necesitados. Su papel en favor de estos sectores le ganó el apreció de las mayorías, al punto de que algunos la apodan coloquialmente “ la Eva Perón guatemalteca”.
En 2011 quiso competir por la presidencia, sin embargo, no fue posible debido al artículo 186 constitucional que prohíbe que la familia del presidente compita en elecciones. Para poder competir en estos comicios Sandra Torres se divorció de su esposo y se volvió célebre por la declaración “me caso con el pueblo”. A pesar de la separación, la Corte de la Constitucionalidad y el Tribunal Superior Electoral negaron el registro a la ex primera dama.
Para las elecciones de 2015 ya se le permitió competir, pero perdió en la segunda vuelta ante el outsider Jimmy Morales. En 2019, compitió de nuevo por la presidencia, llegando a la segunda vuelta para enfrentar al actual presidente Alejandro Giammattei. Por tercera vez se presentó a la contienda presidencial en 2023 en la cual perdió en el balotaje ante el ahora presidente electo Bernardo Arévalo de Movimiento Semilla.
Torres Casanova cobró mayor relevancia en estas últimas elecciones debido a que varias encuestas en la primera vuelta la daban como ganadora para ir a una segunda vuelta. Bernardo Arévalo fue la sorpresa y se convirtió en un rival a vencer que cobraba fuerza.
El panorama político y electoral se tensó ya que la Fiscalía de Guatemala buscaba retirar la personalidad jurídica a Movimiento Semilla, la ley establece que no se pueden abrir procesos contra candidatos mientras se celebra el proceso electoral. La ciudadanía protestó y se movilizó ante el descontento, mientras que la ex primera dama comenzó a utilizar un discurso donde desconocía los resultados y cuestionaba el proceso.
En 2011 Guatemala era testigo de cómo dos ex primeras damas competían por la presidencia, Perú se unía a este fenómeno, pero con una particularidad, la ex primera dama era la hija del expresidente Alberto Fujimori. Este hecho se debió a que en 1994 Susana Higuchi, esposa del presidente, decidió divorciarse ante las denuncias de violencia, por lo cual su hija, Keiko Fujimori, asumió este cargo de 1994 al 2000.
Una de sus hazañas más relevantes fue cuando Fujimori en 1998 dejó claras sus intenciones para competir por otro mandato, pero la primera dama se opuso ya que había firmado un acuerdo para crear la oposición. Los años siguientes se dedicó a formar su familia y a culminar sus estudios de administración de empresas, pero fue en 2006 cuando Keiko Fujimori se volvió congresista, postulada por Cambio 90 y Nuevo Futuro.
Para las elecciones presidenciales de 2011, Keiko Fujimori logró registrar el partido Fuerza Popular. Entre sus propuestas de gobierno, era aplicar la pena de muerte a violadores, hacer crecer la economía, reducir la pobreza y lucha contra el crimen entre otros. En la primera vuelta Fujimori obtuvo el 25% de los votos frente a Ollanta Humala que sacó 31,7%, debiéndose celebrar una segunda vuelta. El 6 de junio fue derrotada por el candidato de izquierda y sin pormenores reconoció la derrota.
En 2015 anunció su intención para competir al año siguiente por la presidencia. Sus propuesta de gobierno ya no eran tan radicales como la primera campaña, puesto que ahora hablaba del respeto a los Derechos Humanos, la desregulación de la economía, incentivos fiscales y limitar a las fuerzas armadas. Nuevamente logró pasar a la primera vuelta y ahora su rival era el centroderechista Pablo Kuczynski, quien atrajo el voto antifujimorista.
En el ballotage Kuczynski ganó, pero debió hacerse un recuento ya que el primero obtuvo el 50,12% mientras que la ex primera dama 49,88%. Cuatro días después reconoció la derrota, pero dijo que estarían vigilantes de la forma en que se ejerciera el poder. Fujimori volvió a postularse por tercera vez en 2021, pero ahora el entorno mundial estaba siendo azotado por la pandemia de Covid-19.
La primera vuelta fue ganada por el profesor izquierdista Pedro Castillo con 18% y en segundo lugar quedó Keiko Fujimori con el 13% de los votos. Nuevamente debió realizarse un ballotage que estuvo polarizado por los proyectos que competían la izquierda y la derecha. Fue necesario un recuento debido a que Pedro Castillo obtuvo 8.836.380 votos y Keiko Fujimori de Fuerza Popular obtuvo 8.792.117. La diferencia fue de unos 44.000 votos.
Luego de un mes que el país vivió en suspenso y polarizado, el Jurado Nacional de Elecciones declaró ganador a Castillo ya que rechazó las 5 impugnaciones presentadas por la ex primera dama. Fujimori llamó a la paz y a evitar las trabas en el ejercicio del poder. Sin embargo, la división no pudo cerrarse del todo, lo cual detonaría en la censura del presidente en 2022.
Actualmente, Keiko Fujimori sigue siendo líder de su partido Fuerza Popular y ha sido señalada de que ella ha sido la artífice para rechazar los proyectos legislativos que proponen adelantar las elecciones peruanas.
Por último, en 2018 México fue testigo de que por primera vez una esposa de un presidente se postulara para competir por la presidencia. Margarita Zavala Gómez del Campo es una de las figuras más relevantes debido a que antes de ocupar el cargo de primera dama fue legisladora federal, lo cual podría colocarla en una misma línea como Sandra Torres, quien realizó una carrera propia en la política.
Gómez del Campo fue representante de la Asamblea del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, (1994-1997): ha sido diputada federal en dos ocasiones (2003-2006) y (2021-2024). También ocupó diversos cargos dentro del Partido Acción Nacional como consejera nacional (1991) y Secretaria Nacional de Promoción Política de la Mujer (1999). La ex primera dama cuenta con una trayectoria partidista amplia, que construyó durante los albores de la transición democrática.
Como primera dama (2006-2012), fue la presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y promovió la protección de los niños y niñas migrantes no acompañados, asimismo, impulsó campañas para prevenir las adicciones. Empero, fue en 2017 cuando dejó Acción Nacional ya que se inconformó con el método establecido por el presidente de su partido, Ricardo Anaya, para aspirar a la candidatura presidencial.
Junto a su marido Felipe Calderón intentó formar el partido México Libre, pero el registro le fue negado y debió buscar la presidencia por la vía independiente. Ya iniciado el proceso electoral federal 2017-2018 luego del segundo debate Margarita Zavala renunció a sus aspiraciones. Actualmente es diputada federal, donde es señalada constantemente por el oficialismo como culpable de la violencia que vive el país debido a que durante el gobierno de su esposo inició la llamada Guerra contra el narcotráfico.
Las primeras damas en los binomios presidenciales
Así como subdividí el texto en Jefas de Estado, presidentas que antes fueron primeras damas y otra subcategoría de quienes aspiraron, pero fueron derrotadas electoralmente. Hay otro grupo que se distingue porque las esposas de presidentes formaron parte de los binomios presidenciales como vicepresidentas.
Algunos cargos de la región tienen la figura de la vicepresidencia, lo que significa que a la falta del ejecutivo, la persona que ocupa este cargo asume la titularidad del ejecutivo. Específicamente que las esposas de presidentes ocupen este cargo tiene antecedentes en el siglo XX. Por ejemplo, la Argentina peronista (1946-1955) cuando Eva Perón quiso ser vicepresidenta pero no pudo; también en 1973 cuando Perón volvió al país y su esposa María Estela Martínez ocupó la vicepresidencia.
Ya entrado el siglo XXI fue República Dominicana donde se pudo observar este fenómenos cuando Margarita Cedeño fue primera dama del país caribeño entre 2004 y 2012. Cabe destacar que este país es de los pocos que tiene bajo ley el cargo de la esposa del presidente, desde el año 2000. Establece que la oficina de la primera dama tiene un objetivo de labor social, además, de comprometerse con el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
No obstante, en 2012 tuvo que dejar su cargo como primera dama, puesto que fue denunciada por varias organizaciones sociales que criticaron que hacía proselitismo como esposa del presidente y como candidata a la vicepresidenta. Margarita Cedeño se integró a la fórmula de Danilo Medina, quien ganó la presidencia en 2012.
República Dominicana fue un caso particular. Luego de ocupar la vicepresidencia entre 2012 y 2020, buscó la reelección pero ahora como compañera de fórmula de Gonzálo Castillo del Partido Liberación Dominica. Aunado a que para esas mismas elecciones su esposo y expresidente Leonel Fernández también competía nuevamente por la presidencia.
En 2014 otra ex primera dama intentó llegar a la vicepresidencia pero no lo logró. Fue Marta Linares en Panamá quien acompañó la fórmula de José Domingo Arias, pero no lograron ganar la presidencia. Esta fue la fundadora del Frente Femenino del Partido Cambio Democrático, también se dedicó a otorgar becas y promover la educación a través de la Fundación Ricardo Martinelli para niños con bajos recursos.
Sus principales causas como primera dama (2009-2014) fueron la protección de la infancia, la educación y que todos los infantes tuvieran acceso al alimento. Actualmente se dedica a trabajar en su despacho y promueve varios proyectos en favor de la niñez panameña.
Antes de culminar con este apartado, no quisiera dejar pasar que en 2019, Argentina vivió el regreso del peronismo con Alberto Fernández como presidente y con Cristina Fernández como vicepresidenta. Dejo esta pequeña línea porque en el otro texto expuse sobre la expresidenta todos los cargos que ha desempeñado hasta la actualidad.
Hasta este punto, dos mujeres lograron llegar a la vicepresidencia en distintos países y solo una no lo logró. Considero relevante distinguir entre estas mujeres y Rosario Murillo, por el hecho de que las tres anteriores compitieron en democracia y han salido o regresado al poder por la vía del voto, la democracia, el pluralismo y las elecciones competitivas. No obstante, Nicaragua se ha transformado en una autocracia, donde la pareja Ortega-Murillo ejerce el control de forma absoluta.
Desde 2007 cuando Daniel Ortega encabezó un segundo mandato estuvo acompañado de su esposa Rosario Murillo, quien ha tenido una extensa carrera dentro del sandinismo y que a la par de ser primera dama también ejerció la Coordinación del Consejo de Comunicación de Nicaragua. Cabe resaltar que desde ese segundo mandato hasta hoy en día no ha dejado de coordinar esta dependencia del gobierno. Para ese entonces el país centroamericano aún era democrático y tenía una pluralidad partidista respetable.
A partir de este momento el país viviría sus últimos días en democracia ya que en 2012 ganaría la reelección y el control del estado se afianzó. De la mano de Rosario Murillo como primera dama y Coordinadora de Comunicación, el Frente Sandinista de Liberación Nacional se afianzó en el poder. Se desconocen los logros o la función de la esposa del presidente nicaragüense, sin embargo, libros y periodistas han documentado a la figura de Murillo como eje del poder político. Si bien, en estos primeros mandatos se encargaba de la propaganda y comunicación, en 2016 esto cambiaría.
En las elecciones presidenciales de 2016, Daniel Ortega decidió competir en binomio presidencial por un cuarto mandato junto a su esposa. El sandinismo se impuso en las urnas y el poder quedó en manos de la dupla Ortega-Murillo. Su esposa ya no solo era la primera dama, la Coordinadora de Comunicación sino ahora la segunda al mando del país.
Finalmente en 2022 hubo nuevas elecciones generales las cuales fueron ganadas por la fórmula Ortega-Murillo. Sin importar las protestas, la represión y las sanciones internacionales ellos se mantienen en el poder. Rosario Murillo ejerce el poder de forma real y absoluta como su esposo, incluso he documentado que el caso nicaragüense es otro de lo que puede denominarse parejas presidenciales, entendido así porque comparten el poder y lo ejercen.
Sin embargo, es el primer caso latinoamericano donde una mujer es parte del Poder Ejecutivo y ejerce el control de forma autoritaria. Rosario Murillo es un pilar del régimen autocrático en Nicaragua, ha cumplido con las funciones que se le han encomendado y ahora es la segunda al mando del país. Haciendo un poco de prospectiva política, en caso de que faltara Daniel Ortega ella asumiría el mando y las cosas se mantendrían igual, debido a que les ha tomado casi dos décadas moldear el Estado a su imagen y semejanza.
Nicaragua es un caso particular, ya que fue tierra de la dinastía Somoza que gobernó con puño de hierro. Luego la Revolución Sandinista derrocó la dictadura y prometió la formación de un nuevo pacto social. Entre 1980 y 2007 el país vivió en una democracia germinal, la cual fue sometida al poder de Daniel Ortega y ahora hemos visto el nacimiento de una autocracia. Sin embargo, en un futuro podríamos presenciar el ascenso de una mujer en un régimen autoritario.
Firma invitada - Sebastián Godínez Rivera es politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabaja como analista en un Think Tank y es columnista en Latinoamérica 21.
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