Surkano, Suharto y Subianto: la democracia indonesia en duda
El Sudeste Asiático también ha presenciado el ascenso del autoritarismo. El presidente electo, Prabowo Subianto, ha generado preocupaciones sobre el devenir de la democracia indonesia.
Indonesia es un país integrado por un conjunto de islas que en la época colonial pertenecían a Holanda, siendo conocidas como Indias Holandesas. Para Latinoamérica, el país es lejano y casi no se sabe mucho de él, sin embargo, tras las elecciones presidenciales del 14 de febrero de 2024, la nación se volvió tendencia por haber elegido a Prabowo Subianto como nuevo presidente.
Los canales informativos dedicaron notas para presentar al presidente electo, empero, su cobertura mediática no se dio necesariamente porque Subianto sea un demócrata, sino todo lo contrario. El nuevo mandatario fue un perfil clave de la dictadura de Haji Mohammad Soeharto (1967-1998), quien a su vez fue mano derecha del primer presidente indonesio, Kusno Sosrodihardjo, mejor conocido como Sukarno.
Luego de que Sukarno gobernara de 1945 hasta su muerte en 1967, durante el periodo de la Guerra Fría, el país adoptó un sistema parlamentario. Pero debido a la inestabilidad y pugnas internas, en 1959 se adoptó la llamada «democracia guiada» que acabó con la inestabilidad y las rebeliones que amenazaban la supervivencia del archipiélago. Más allá del nombre, en realidad Indonesia se convirtió en un régimen autocrático.
El líder indonesio cuando se encontraba a punto de morir, firmó un decreto con el cual otorgó a Suharto poderes de emergencia. El nuevo gobierno se caracterizó por prohibir al Partido Comunista de Indonesia, hizo purgas en el Parlamento, censuró la prensa y acabó con los perfiles cercanos a Sukarno. Entonces el país adoptó el llamado «Nuevo Orden», el cual pretendía establecer un nuevo modelo de desarrollo rompiendo con su antecesor.
El nuevo gobernante se caracterizó por implementar los escuadrones de la muerte, que servían para torturar, perseguir y desaparecer a la oposición. De acuerdo a estimaciones, entre 500.000 y 3.000.0000 de personas, la mayoría militantes comunistas, desaparecieron. Indonesia implantó un régimen del terror y con ellos afianzó su poder. Es en este punto donde aparece Prabowo Subianto, quien formó parte del ejército y estos escuadrones.
Durante la década de los años setenta, Indonesia estuvo inmersa en protestas estudiantiles, quienes acusaban de corrupción al gobierno de Suharto. Para despresurizar se implementaron, reformas electorales como la implementación de un colegio electoral, ocupado por militares cercanos a él y permitió participar a otros partidos políticos en las elecciones. Por otro lado, también obligó a la burocracia a afiliarse al partido gobernante y con un órgano electoral colonizado, ganó todas las elecciones siguientes: 1978, 1983, 1988, 1993 y 1998.
En 1997, Indonesia vivió una de las crisis económicas más agudas, el país firmó un acuerdo con el Fondo Monetario y el Banco Mundial para impulsar medidas de austeridad. En consecuencia, los precios aumentaron y esto desató protestas, a pesar de que había ganado las elecciones presidenciales. Su caída se debió a la rebelión de su partido y los militares, con lo cual después de 30 años dejó el poder.
El discípulo de Suharto
Indonesia ha vivido un periodo de alternancias, sin embargo, la llegada de Subianto se dio debido a la corrupción y el hartazgo con el gobierno del todavía presidente Joko Widodo, quien en dos mandatos no pudo hacer frente a: (1) el terrorismo yihadista y la insurgencia en Papúa Nueva Guinea; (2) la creciente influencia del islamismo radical; (3) el desarrollo económico; y (4) China y la nueva geopolítica del Indo-Pacífico, de acuerdo al texto de Javier Gil Pérez.
Como ocurre en otros países, el descontento con la democracia genera que sectores poblacionales elijan a líderes con tendencias demagógicas. Subianto aspiró a la presidencia en dos ocasiones 2014 y 2019, pero perdió contra el actual presidente. Asimismo, el exmilitar ha sido acusado por participar en las masacres de Papúa Nueva Guinea (1979) y por comandar la masacre de Timor Oriental (1983). Estos antecedentes y su cercanía con el gobierno de Suharto son los que generan preocupación en el país.
Ahora bien, Subianto no es un demócrata precisamente, puesto que tras su derrota electoral de 2019 se negó a reconocer los resultados y se creía que llamaría a un desconocimiento de los resultados. Debido a este contexto de tensión, el presidente Widodo lo nombró ministro de la Defensa para despresurizar y evitar un conflicto poselectoral. Tras su nombramiento, Amnistía Internacional lamentó el nombramiento debido a los antecedentes que tiene como miembro del ejército.
Para los comicios de 2024, volvió a postularse apostando por las redes sociales. Cabe destacar que a sus 72 años de edad se convirtió en una celebridad de la plataforma de Tik Tok. En ella, difundió videos que lograron posicionarlo como uno de los abuelos más tiernos de internet, al punto que los cibernautas indonesios promovían su imagen. Como se ha mencionado en otros textos, la importancia de las redes sociales para posicionar candidatos se ha vuelto parte de la lucha política, ejemplos hay como el expresidente ecuatoriano Guillermo Lasso o Nicolás Maduro de Venezuela.
Además, hay otro factor que pudo ser aprovechado por Subianto y fue que en la era de la información y la infodemia, de acuerdo con el filósofo surcoreano Bin Chul Han, la mayoría de los jóvenes desconocen la historia de sus países. Esto fue un área de oportunidad que fortaleció la presencia del candidato en los medios. Otro ejemplo es México que optó por Andrés Manuel López Obrador, quien también ya había buscado la presidencia en dos ocasiones y tenía un pasado ligado al Partido Revolucionario Institucional.
La mezcla de esto con el descontento de la democracia indonesia fue el caldo de cultivo perfecto para la llegada de un populista nacionalista. Durante su campaña, no quiso definirse ideológicamente, ni centrar su proyecto y trató de glorificar a la nación indonesia. Una estrategia que ha sido utilizada por muchos líderes, pero que indudablemente el elemento ideológico se expondrá durante el avance de su gobierno. Tomará juramento el próximo 20 de octubre.
¿Qué esperar?
Su formación militar es lo que ha generado polémica, ya que muestra su poco interés en el tema de los derechos humanos. No obstante, es muy pronto para especular o asignar calificativos al presidente electo, ya que aún no entra en funciones y ejercer juicios de valor o críticas sin elementos sería hacer un análisis sesgado.
Por otro lado, la democracia del archipiélago se ha visto afectada por el creciente radicalismo de grupos islamistas; las tensiones con Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental quienes pugnan por su independencia, y sobre todo el ascenso de un líder carismático. Considero que será interesante observar y analizar el devenir de las relaciones Timor-Papúa y Yakarta, ya que el nuevo ejecutivo podría despertar antiguos fantasmas sobre su pasado militar.
Mientras tanto, es importante generalizar que Asia, específicamente el sudeste también está englobado en el descontento con la democracia. Figuras como el expresidente filipino Rodrigo Duterte o el primer ministro indio Narendra Modi son símbolo del descontento con los políticos tradicionales. Sin olvidar que también existen régimen de partido único como Vietnam, China y Laos; dictaduras como Corea del Norte; y las autocracias de Asia Central.
Por lo pronto, habrá que esperar a la toma de posesión de Prabowo Subianto, conocido como uno de los abuelos más tiernos de internet, pero que carga con un pasado autoritario y militarista heredado por Surkano y Suharto.
Firma invitada - Sebastián Godínez Rivera es politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Trabaja como analista en un Think Tank y es columnista en Latinoamérica 21.
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