Un nuevo proceso constituyente se abre paso en Chile
El denominado "Acuerdo por Chile" dio inicio a la realización de un nuevo proceso constituyente en el país sudamericano.
En Chile el pasado 12 de diciembre catorce partidos políticos con representación parlamentaria llegaron a un acuerdo para iniciar un nuevo proceso constituyente y así dejar atrás la Constitución de 1980 redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
"Acuerdo por Chile"
Tras casi cien días de negociaciones, todos los partidos con representación parlamentaria, excepto el Partido Republicano y el Partido de la Gente, pactaron a través del denominado “Acuerdo por Chile” un nuevo proceso constituyente. Este proceso marca distancias con el anterior intento, cuya propuesta acabó siendo rechazada por los chilenos en un plebiscito.
El “Acuerdo por Chile” contempla una Comisión Experta formada por 24 miembros elegidos una mitad por la Cámara de Diputados y la otra por el Senado y cuyo trabajo arrancará en el mes de enero. Su principal función será redactar el anteproyecto.
Cuando ya esté preparado, la Comisión tendrá que entregárselo al Consejo Constitucional que es el otro órgano redactor y que contará con cincuenta integrantes. El Consejo será elegido por votación universal y obligatoria en abril de acuerdo al sistema electoral que se aplica al Senado. Al aplicarse de la norma electoral de la Cámara Alta, los partidos políticos se verá favorecidos, por lo que aumentarán su poder en el proceso. Entonces en mayo se inicia el trabajo de los cincuenta integrantes del Consejo que estará destinado a la aprobación, rechazo o modificación a la propuesta de la Comisión, cuyos miembros contarán en ese órgano con voz pero no voto, como también a discutir y aprobar las normas y el texto final de la nueva Constitución por un quórum de 3/5.
Por último, habrá un Comité Técnico de Admisibilidad formado por 14 personas elegidas por el Congreso y tendrá como función la revisión de las normas aprobadas en la Comisión Experta y Consejo Constitucional.
El proceso tendrá una duración de cinco meses, entregándose el 21 de octubre el proyecto de Constitución, y concluirá el 26 de noviembre con un plebiscito de salida, con voto obligatorio también.
Las reglas de este nuevo proceso principalmente han sido puestas por la derecha tradicional y los sectores moderados, es decir, las fuerzas ganaron en el plebiscito del 4 de septiembre.
¿Qué piensan los chilenos?
En la encuesta de la tercera semana de diciembre elaborada por la empresa demoscópica Cadem se preguntó a los chilenos acerca del nuevo proceso constituyente. Lo primero que hay que decir es que un 63% demandaba la necesidad de una nueva constitución. Respecto al nuevo proceso, un 72% supo o escuchó del acuerdo alcanzado. De ese porcentaje, el 51% está de acuerdo con que la nueva Constitución sea redactada por 50 constituyentes electos y 24 expertos frente al 46% que no lo está. Lo que se muestra con esto último es que no hay un verdadero consenso entre la población chilena sobre la manera en la que abordar el nuevo proceso constituyente.
En relación con los perfiles sociodemográficos, los que más respaldan el acuerdo se identifican con el centro (65%) y la derecha (64%), mayores de 55 años (55%), de clase media (60%) y en el anterior plebiscito votaron por el “Rechazo” (59%). En tanto, los que se encuentran más en desacuerdo se ubican en la izquierda (57%), jóvenes (51%) y votaron apruebo en el referéndum (51%).
Asimismo, un 55% responde que el nuevo proceso será mejor que el realizado por la Convención Constituyente. Yendo a los ganadores y los perdedores, como principal ganador del acuerdo, los encuestados consideran que en primer lugar fueron los negociadores de Chile Vamos (30%), la coalición de partidos de la derecha chilena, y después el presidente Gabriel Boric (20%). Mientras, los principales perdedores serían el Partido Comunista (18%) y los convencionales anteriores (14%).
Los errores del pasado
El nuevo proceso constituyente que se trata en el presente artículo es consecuencia de que el anterior que fue rechazado en el referéndum de septiembre. En un plebiscito marcado por una alta participación debido al voto obligatorio la opción del "Rechazo" venció con más holgura de lo pronosticado, imponiéndose con el 61,9% de los votos frente al 38,1% que consiguió el “Apruebo”. En Politicx estuvimos analizando que podía ocurrir en dicho plebiscito a través de un hilo en nuestra cuenta de Twitter y más profundamente en un directo de Twitch.
El plebiscito de salida del 4 de septiembre suponía la culminación del proceso constituyente iniciado con el Plebiscito Nacional 2020, el cual no se puede entender sin el estallido social de 2019 que ocurrió durante el segundo Gobierno de Sebastián Piñera. El órgano encargado fue una Convención Constitucional de 155 miembros elegida íntegramente por sufragio universal, estando conformada mayoritariamente por independientes e integrantes de izquierdas.
Durante la redacción en la Convención Constitucional se pudieron ver algunos errores de los que adolecía tal proceso constituyente. El primero sería ciertos episodios polémicos en los que se vieron envueltos algunos de los constituyentes. El segundo sería ese gran enfoque en cuestiones como la plurinacionalidad y otros derechos asociados al reconocimiento. Sin desmerecer tales aspectos, los cuales son muy necesarios tener presente hoy y no suponen ningún tipo de trampa, una gran parte de chilenos les incomodaban y demandaban otros cambios de carácter más bien material.
De igual modo, el obligar a votar en el referéndum tampoco ayudó porque al final se consigue el efecto contrario, esto es, se genera una cierta apatía. Por otra parte, fijar un período de tiempo tampoco puede ser lo mejor para redactar una nueva constitución. Las prisas no son buenas y algo así necesita de su tiempo, como se vio en la redacción de una nueva carta magna en Ecuador (2008) y Bolivia (2009). Chile debería prestar mayor atención a los casos ecuatoriano y boliviano en la forma en que se elaboraron, aunque no parece que lo vaya a hacer.
Otra cuestión que no ayudó es cómo el presidente Gabriel Boric condicionó su acción de gobierno a la aprobación de la anterior propuesta de nueva Constitución. Al final los niveles de aprobación del mandatario contaban con unas tendencias muy similares a la opción del “Apruebo” en las encuestas.
Por ir concluyendo, el nuevo proceso marca distancias con el anterior. Habrá que ver cómo se desarrolla y cómo de en cuenta tiene al pueblo chileno con el fin de potenciar una legitimidad que no pasa por su mejor momento.