Canadá no está en venta
Una gorra azul con la leyenda «Canada is not for sale» se ha convertido en símbolo de la resistencia canadiense ante el tensionamiento de las relaciones con Estados Unidos.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado preocupación para varias naciones del mundo. Principalmente, sus socios comerciales México y Canadá han sido señalados de obtener ventaja a costa de los Estados Unidos y llenar a dicho país de drogas. Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a sus dos vecinos, puesto que consideró que no hacían nada para detener la inmigración y la inseguridad.
Sin embargo, en la orden ejecutiva que firmó, pero que hasta la fecha no ha sido publicada, el republicano hacía una pequeña diferencia. Imponía 25% de aranceles a Canadá y México en productos automotrices y otros bienes de consumo, si bien en materia energética solo impuso el 10% a su vecino del norte. No es una casualidad, sino que el magnate de Queens sabe que la relación entre algunos estados como Nueva York, Wisconsin, Illinois y Minnesota dependen de la energía que proporcionan las provincias de Ontario y Quebec.
Canadá se defiende
Desde la victoria del 5 de noviembre en los comicios de Estados Unidos, Donald Trump comenzó a señalar que Canadá era abusivo en su comercio y que al brindarle tantas subvenciones debería convertirse en el estado 51. Lo que inició con un chiste de mal gusto para varias naciones, se fue convirtiendo en una amenaza a la existencia de los canadienses quienes están inmersos en una crisis política, debido a la debilidad del gobierno del liberal Justin Trudeau.
El premier Trudeau visitó a Trump en su casa de Mar-a-Lago para buscar un acercamiento y reducir la tensión. Empero, los señalamientos del republicano subieron de tono al punto que el entonces presidente electo posteó que “Justin Trudeau sería un excelente gobernador de Canadá”. Esto encendió las alertas de los demócratas, conservadores y otras provincias del país que comenzaron a cuestionar la pasividad del jefe de gobierno.
Tras estos señalamientos en los cuales Trudeau se vio como un líder pasivo, los cuestionamientos del opositor, Pierre Poilievre (Partido Conservador), comenzaron a crecer y a presionar al premier. En septiembre los liberales rompieron la coalición con su aliado en el parlamento, el progresista Nuevo Partido Democrático. Asimismo, a mediados de diciembre Trudeau tuvo un desencuentro con la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, quien renunció a su cargo debido a los elevados impuestos que proponía mantener el primer ministro liberal.
De esta forma, sumado a las presiones de Trump, la caída de su popularidad y el importante ascenso de los conservadores de acuerdo a los sondeos electorales, fueron el caldo de cultivo perfecto para que Justin Trudeau anunciase el 7 de enero de 2025 que renunciaba a su cargo.
Canadá tiene previstas elecciones generales para octubre de este año, sin embargo, la dimisión de Trudeau no se acompañó de un anticipo de los comicios. Una característica de los regímenes parlamentarios es que si dimite el líder del gobierno, existe la posibilidad de que se busque un sustituto para relevar a Trudeau. No es como Alemania, cuando el canciller Olaf Scholz se sometió a una moción de confianza y entonces se convocó a la disolución del parlamento para celebrar comicios anticipados.
Algunos nombres que han levantado la mano para relevar al jefe de gobierno son Chrystia Freeland, la exministra de Finanzas. Ella ha sido partidaria de hacer frente a Trump mediante un catálogo de sanciones y aranceles para defender el comercio canadiense. A esto se suma que quien asuma las riendas del país se enfrentará a un vecino que en varias ocasiones ha señalado que Canadá debería formar parte de la Unión Americana como el estado 51.
Freeland ha declarado: “nuestro contragolpe debe ser dólar por dólar, y debe ser preciso y doloroso: a los productores de naranjas de Florida, a los lácteos de Wisconsin, a los fabricantes de lavavajillas de Michigan, y mucho más”. La aspirante ha llamado a la unidad, pero en un mediano plazo buscaría desafíar al conservador Pierre Poilievre. Otro competidor en las filas del Partido Liberal es el extitular del Banco de Canadá, Mark Carney, quien ha cobrado relevancia en el tablero político.
Doug Ford y «Canada is not for sale»
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, ha sido uno de los personajes más contestatarios por los señalamientos de Trump. Aun cuando en el pasado se mostró favorable al hoy mandatario estadounidense, Ford se ha convertido en uno de los que abanderan el patriotismo económico con su movimiento «Canada is not for sale», con el cual busca la defensa de la producción canadiense y el consumo local. Ha sido uno de los políticos que han salido en defensa del país e incluso aportando ideas para hacer frente a la guerra económica.
Ford es miembro del Partido Conservador Progresista de Ontario y funge como premier de esta región canadiense desde 2018. El político se identifica como un conservador en aspectos sociales ligados a la diversidad sexual, a la vez que ha defendido otras agendas como la reducción de las emisiones de carbono, la promoción de la transparencia y auditorías independientes y la defensa de consumir lo local. Así, cuando Trump comenzó a hacer señalamientos sobre los nexos del gobierno mexicano con el crimen organizado, Ford fue uno de los que pidió la exclusión de México del Tratado de Libre Comercio.
Igualmente, llamó a la unidad de todo el país para hacer frente a la llegada de Trump y propuso un plan de acciones arancelarias para mermar la economía estadounidense. Ford propuso dejar de proveer energía a Michigan, Wisconsin y Nueva York en caso de que se impusieran los aranceles a Canadá. También señaló que México debía ser sancionado por ser una puerta para que los migrantes ingresaran a la Unión Americana.
Independientemente de sus posturas, algunas de ellas con un tinte reaccionario, Ford se ha convertido en un defensor de la economía canadiense y se ha popularizado por sus gorras color azul con la leyenda «Canada is not for sale» o «Strong and Free». Estas buscan crear un símbolo de la resistencia y emular a su vez las famosas gorras portadas por Trump, con las cuales se identifica al movimiento MAGA, «Make America Great Again».
Las gorras se han convertido en un fenómeno en las redes sociales y han sido acompañadas por hashtags e imágenes de canadienses que instan a defender su nación. La historia de este producto proviene de una pareja, Liam Mooney y Emma Cochrane, que tiene una empresa de serigrafía. Estos la idearon luego de que los señalamientos de Trump de convertir a Canadá en el estado 51 se popularizaron.
En entrevista con el diario The Guardian, Mooney y Cochrane declararon que fue una forma para mostrar resistencia, pero que su éxito se debió a que Ford la portó en una reunión de líderes de las provincias. La gorra despertó el interés en toda la comunidad a lo largo y ancho del país, al punto que en sus cuentas de X/Twitter Justin Trudeau o la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, han aplaudido el uso de la gorra.
Colofón…
El 3 de febrero de 2025, Donald Trump habló con sus pares de Canadá y México, Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum para anunciar que los aranceles serán pospuestos hasta marzo. Sin embargo, esto no es un alivio, puesto que el republicano ha declarado que “nadie está exento de aranceles”. México se comprometió a enviar 10.000 agentes de la Guardia Nacional para evitar la migración y combatir el fentanilo, mientras que Canadá prometió frenar el tráfico de fentanilo y además, catalogará a los cárteles mexicanos como terroristas.
Mientras tanto, Doug Ford sigue dando de qué hablar, ya que, como continuación de su política patriótica, ha declarado que las empresas de Estados Unidos no podrán acceder a contratos hasta que su vecino retire los aranceles. El contrato para proveer a internet a varios hogares de Ontario estaba a cargo de la empresa Starlink, propiedad de Elon Musk, hoy administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de la Casa Blanca.
La guerra económica es una realidad no solo en la región norteamericana sino en todo el mundo. No obstante, la tensión será creciente debido a la campaña nacionalista de los líderes de Canadá quienes instan a consumir local y a defender su producción. Esa relación con Estados Unidos que por décadas fue una relación cordial hoy se ha vuelto ríspida, producto de las presiones que Trump pone sobre socios comerciales y adversarios.
Firma invitada - Sebastián Godínez Rivera es politólogo y maestrante en Gobierno y Asuntos Públicos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Escribe para Circulo Rojo, Alquimistas del Poder y Latinoamérica21.
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