Elecciones en Ecuador: empate técnico en un contexto de crisis
Las elecciones presidenciales ecuatorianas se tendrán que definir en segunda vuelta. Daniel Noboa y Luisa González aspiran a la presidencia de Ecuador para el período 2025-2029.
Las elecciones presidenciales ecuatorianas del 9 de febrero mostraron un empate técnico entre el candidato-presidente Daniel Noboa (Acción Democrática Nacional) y la correísta Luisa González (Revolución Ciudadana). El duelo entre Noboa y González para definir quién ocupará la presidencia de Ecuador para el período 2025-2029 se producirá el próximo 13 de abril.
Estas elecciones presidenciales se celebraron un año y medio después de las anteriores. La llegada a finales de 2023 de Daniel Noboa al Palacio de Carondelet sucedió después de que su antecesor, Guillermo Lasso, para evitar el juicio político activase la «muerte cruzada», un mecanismo constitucional que provoca la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas. Así pues, Noboa tenía el cometido de completar el mandato original de Lasso, que ponía fin en 2025.
El presente artículo no solo analizará los resultados de las elecciones del 9 de febrero, sino que también dedicará un apartado a tratar la presidencia de Noboa y las diferentes crisis que asolan a Ecuador.
Unas elecciones con sorpresa
Ecuador llevaba a cabo el 9 de febrero sus elecciones generales para elegir al presidente y vicepresidente del país, la composición de la Asamblea Nacional y los representantes del Parlamento Andino.
Con el 94,95% de las actas escrutadas, los comicios presidenciales se tendrán que decidir en una segunda vuelta, dado que ningún candidato obtuvo el 50% de los votos o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo contendiente. Daniel Noboa (ADN) con el 44,15% de los votos y Luisa González (RC) con el 43,95% fueron con diferencia los dos candidatos que obtuvieron mayor número de sufragios, por lo que se repetirá el mismo duelo que en las elecciones de 2023. En tercer lugar quedó el líder indígena Leónidas Iza (Pachakutik) con el 5,29% y en cuarta posición la anticorreísta Andrea González (Partido Sociedad Patriótica) con el 2,69%. Los doce candidatos restantes no llegaron ni al 1% de los votos. En este sentido, el voto nulo (6,79%) recibió un respaldo mayor que catorce candidatos presidenciales.
Atendiendo a estos resultados, ese aura de ganador que rodeaba a la candidatura de Noboa va dejando de ser evidente. El silencio del candidato-presidente1 en la noche electoral decía más que el propio primer puesto que consiguió. Como ya adelantaba el sociólogo Javier Rodríguez Sandoval, el músculo electoral de Noboa era bastante débil. A partir de un análisis de las elecciones anticipadas de 2023 y la consulta popular de 2024, Rodríguez Sandoval apuntaba que éste no consiguió incrementar su apoyo electoral más orgánico. Esto es, en la medida que en 2023 ganó la presidencia con un voto que orgánicamente no le pertenecía, el triunfo obtenido en la consulta popular no evidenciaba un fortalecimiento de su apoyo electoral.
Por su parte, González logró sumar, aparte del tradicional voto correísta, el respaldo del electorado que se opone a Noboa. De acuerdo con el politólogo Santiago Basabe, mientras el piso electoral de González con vistas al balotaje se puede mantener sólido y por ende su tarea será la de sumar adhesiones, Noboa no dispone de un voto orgánico y deberá evitar perder los sufragios ya obtenidos. Pese a que desde que se encuentra en el gobierno el candidato-presidente ha reforzado su discurso anticorreísta, no se prevé que el clivaje correísmo/anticorreísmo vaya a ser determinante, como sí ocurrió en los balotajes de 2021 y de 2023.
Entonces el voto de Leónidas Iza será fundamental a la hora de definir la segunda vuelta. Si bien parece claro que dicho voto no irá hacia Noboa, se ha de precisar que esto no implica un apoyo instantáneo hacia la candidatura de González. La relación del correísmo con el movimiento indígena ha sido (y sigue siendo) conflictiva, por lo que la fuerza de Rafael Correa deberá hacer concesiones para evitar que ese voto se pueda convertir en voto en blanco o nulo.
Referente a los resultados de la Asamblea Nacional, el patrón es muy similar a lo ocurrido en las presidenciales y es que Acción Democrática Nacional y Revolución Ciudadana captaron la mayoría de bancas, si bien ninguno de los dos alcanzaría la mayoría absoluta (76 asientos).
Las crisis durante la presidencia de Noboa
El tema de la seguridad ha venido marcando la agenda política del país en el último tiempo. Ecuador ha pasado en menos de cinco años de ser una de las naciones más pacíficas de la región latinoamericana a liderar la lista de homicidios por cada cien mil habitantes.
Daniel Noboa ha optado ante esta crisis de seguridad por una estrategia de «mano dura». De esta manera, el presidente ecuatoriano durante su corto mandato ha decretado seis estados de excepción, dos de ellos la Corte Constitucional los declaró inconstitucionales. Dichas medidas al principio fueron bien recibidas por una parte importante de la ciudadanía, quien dio su aprobación a las preguntas de seguridad sometidas a votación en la consulta popular del 21 de abril de 2024. Con respecto a 2023, se produjo en 2024 una disminución de homicidios de en torno al 17%. Pero, de acuerdo con el analista Pablo Ospina Peralta, los datos no muestran una sustancial mejora.
La politóloga Glaeldys González, asimismo, apunta a una serie de aspectos que oscurecen los supuestos logros de la política de mano dura de Noboa: la persistencia de ataques a diferentes autoridades, la violencia de las bandas en las comunidades, y los abusos de derechos humanos y retrocesos democráticos. Referente al último aspecto mencionado, el mayor protagonismo que ha otorgado el mandatario ecuatoriano a las fuerzas de seguridad solo ha servido para fomentar la impunidad de este estamento, que desde Human Right Watch ha sido denunciado por detenciones arbitrarias, malos tratos y algunos casos de torturas en prisión. Como recordaba Andreas Feldmann, autor junto a Juan Pablo Luna del libro Criminal Politics and Botched Development in Contemporary Latin America (2023), “en Latinoamérica los militares tienen una propensión al uso desproporcionado de la fuerza, al abuso sin sentido”.
Durante la presidencia de Noboa, Ecuador también se ha visto asolado por una crisis energética debido a la dependencia de las centrales hidroeléctricas. La falta de agua por la escasez de lluvias produjo a lo largo de 2024 apagones programados que llegaron a durar hasta 12 horas diarias. Noboa ante esta situación optó por dos tipos de reacciones que se volvieron habituales en su año y medio al frente del país: la acusación de «sabotaje» a funcionarios de su propia administración y a su vez aplicar políticas sociales de corte asistencial. No obstante, especialistas en la materia han puesto en cuestión el accionar de los últimos gobiernos ecuatorianos, incluido el de Noboa, respecto a una situación que señalan que era evitable.
En última instancia, habría que sumar otras dos crisis que han impactado igualmente en el devenir de esta presidencia: la crisis diplomática con México a raíz de la irrupción policial en la embajada mexicana en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas y la crisis política por las disputas del candidato-presidente con la vicepresidenta electa, Verónica Abad.
Ahora, pese a su agitada presidencia, Noboa ha conseguido que la mano dura sea vista como la principal estrategia para afrontar el tema que más preocupa a los ecuatorianos, la seguridad. Este tipo de medidas de corte punitivista estuvieron presentes también en los programas de la mayoría de candidatos presidenciales, incluido el de la propia Luisa González. Así pues, los principales ejes de la candidatura del actual presidente han sido la mencionada mano dura, con sus dosis de marketing, y un fuerte discurso anticorreísta, pero ¿será suficiente? En frente, tendrá una Luisa González que encara el balotaje con unas opciones que en 2023 no disponía, aun cuando ambos contendientes cuentan con un espacio para crecer más limitado. El partido no ha terminado.
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La ley exige que el presidente, si se presenta a la reelección, debe ausentarse cinco semanas antes del día de las elecciones. En cambio, Noboa se negó a renunciar a su cargo y ceder las funciones ejecutivas a la vicepresidenta electa, Verónica Abad. En tanto, el mandatario ecuatoriano optó por nombrar a una vicepresidenta en funciones, Cynthia Gellibert, para que en fechas concretas le relevase y éste pudiese presentarse a actividades de la campaña electoral.