Más que minorías: el impacto político de los migrantes nacionalizados en España
El voto migrante emerge como un actor silencioso pero decisivo, con patrones marcados por experiencias previas y un impacto electoral que comienza a transformar las estrategias de los partidos.
En Estados Unidos, las minorías étnicas han sido clave en los resultados electorales recientes, con un giro sorprendente en la elección de Donald Trump. Durante décadas, el Partido Demócrata había consolidado su ventaja entre estos votantes, pero el voto latino sorprendió especialmente al inclinarse de forma mayoritaria hacia el expresidente republicano. Esto plantea una pregunta interesante para España: ¿podrían los migrantes nacionalizados influir decisivamente en nuestras elecciones? ¿Cómo votan y qué tendencias muestran estos grupos en nuestro país?
El peso de la migración en España
La población migrante en España ha crecido de manera significativa en las últimas décadas. A principios de los 2000, los extranjeros representaban apenas un 3% de la población. Hoy superan el 19% y de este porcentaje, un 5% ya está nacionalizado, lo que les otorga plenos derechos políticos, incluido el derecho al voto.
Entre las doce nacionalidades más comunes en España, la tendencia general muestra un tránsito progresivo de residentes extranjeros a ciudadanos nacionalizados. Sin embargo, no todos los colectivos siguen esta dinámica: mientras algunos optan por mantener su estatus de residencia sin solicitar la nacionalidad, otros la adquieren activamente, integrándose plenamente en la vida política española.
De acuerdo con los datos, las nacionalidades con mayor impacto potencial en la sociedad y la política españolas en las próximas décadas serán principalmente las de Marruecos, seguidas por las de Colombia, Venezuela y Ecuador.
Comportamientos heredados
Al analizar el comportamiento electoral de las principales nacionalidades en España, se observan patrones significativos. Los votantes de origen venezolano y cubano muestran una marcada inclinación hacia el Partido Popular (PP), posiblemente influenciados por sus experiencias con gobiernos socialistas en sus países de origen, lo que podría explicar su preferencia por partidos de derecha. Por otro lado, las comunidades provenientes de Marruecos y Francia tienden a apoyar al PSOE, mientras que Sumar ha conseguido captar el 21% del voto del electorado argentino.
En cuanto al apoyo de otras nacionalidades a los partidos de izquierda, las hipótesis son diversas. Sin embargo, podría estar relacionado con el discurso más aperturista de estas formaciones políticas, que promueven la diversidad y desarrollan políticas sociales orientadas a proteger a los grupos más vulnerables, como los inmigrantes. Estas propuestas pueden resonar especialmente entre quienes buscan mayor integración y apoyo en su proceso de adaptación a la sociedad española.
También se observa que algunas nacionalidades participaron en mayor medida que otras en los últimos comicios. Entre los más participativos destacan los argentinos, marroquíes y franceses, mientras que los ecuatorianos, colombianos y cubanos mostraron niveles de participación significativamente menores.
Aun así, es importante destacar que los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tienden a ser especialmente optimistas respecto a la participación electoral. Este tipo de encuestas suele tener un sesgo favorable hacia quienes están más involucrados en la vida política. Como referencia, en las elecciones generales del 2023, la participación general fue del 66% de los llamados a votar, mientras que el CIS reporta cerca de un 90% de personas que afirman haber participado.
Si nos centramos en los datos de los extranjeros nacionalizados, este porcentaje desciende a un 80%, pero sigue siendo más alto de lo que probablemente es en realidad. Extrapolando estas cifras, se estima que alrededor del 50% de los extranjeros nacionalizados participaron realmente en los comicios, un dato que limita significativamente su peso político, tal como se refleja en el esquema.
El impacto de la población extranjera en el sistema electoral español es reducido debido a su limitada representación en el electorado y a las barreras legales que restringen el acceso al voto. Aunque los extranjeros nacionalizados tienen derecho a votar, y estos cada vez representan una mayor parte de la población española, su participación efectiva es baja, lo que limita su influencia política.
La adaptación al medio de los partidos políticos
Los extranjeros nacionalizados representan aproximadamente un 8% del censo total de votantes en España, aunque este porcentaje es ligeramente mayor en regiones como Santa Cruz de Tenerife (11%), Baleares (11%) y Madrid (10%). Estas áreas concentran una mayor proporción de población migrante nacionalizada, lo que comienza a tener implicaciones en las estrategias políticas de los partidos.
Un ejemplo destacado fue la estrategia del PP en las elecciones municipales y autonómicas del 28M, donde el partido intensificó su enfoque en captar este electorado con un acto con cantantes de reguetón y predicadores evangélicos.
A pesar de su creciente importancia, las iniciativas políticas dirigidas específicamente al electorado migrante siguen siendo escasas. Con frecuencia, los partidos utilizan a los migrantes más como un recurso retórico que como un verdadero objetivo de integración o representación. En el caso de la derecha, esta población es frecuentemente instrumentalizada en discursos que buscan generar polarización.
Por ejemplo, el PP critica recurrentemente al gobierno de Pedro Sánchez por no romper relaciones con el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, usando la crisis venezolana como un argumento para atacar al ejecutivo. Sin embargo, Pedro Sánchez impulsó el reconocimiento del líder opositor Juan Guaidó en 2019, pese a que este gesto no tuvo la trascendencia que se presuponía en un principio.
Vox, por su parte, ha reforzado un discurso alarmista hablando de una "invasión" de ciudadanos marroquíes, empleando un lenguaje nativista que desatiende la realidad de esta comunidad.
El futuro electoral de España
El voto migrante en España, aunque limitado actualmente al 8% del censo electoral, está creciendo y se perfila como un actor relevante en el futuro político del país. Este incremento está vinculado a un proceso constante de nacionalización, especialmente en comunidades como la marroquí, colombiana y venezolana. Además, el gobierno de coalición ha aprobado recientemente un decreto que facilitará la regularización de extranjeros para lograr permisos de residencia.
El crecimiento del voto migrante en España no es solo una cuestión de números, sino de cómo este grupo en expansión puede influir en el discurso político y en las prioridades de los partidos. Si bien su peso actual es limitado, las tendencias demográficas y de nacionalización apuntan a un futuro en el que su impacto será cada vez más relevante y marcarán la agenda.
Estas dinámicas reflejan una tensión entre el potencial político del voto migrante y el tratamiento superficial que, en ocasiones, recibe en los discursos políticos. A medida que este electorado crezca y cobre mayor relevancia, será fundamental que los partidos articulen propuestas concretas y dejen atrás el uso del migrante como simple herramienta retórica.
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